Rio de Janeiro bajó la madrugada del martes el telón de dos días de desfiles de Carnaval con una jornada de esplendor de dos escuelas tradicionales y otra de famosos locales, en una jornada marcada por desborde de energía y problemas técnicos.
En otra noche de calor intenso y con emoción desbordada, los destaques entre las últimas seis escuelas de samba en desfilar fueron las populares Mangueira y Vila Isabel, junto a la Grande Rio, integrada por celebridades locales y ‘gente bonita’ carioca.
El desfile iniciado la noche del lunes entusiasmó a buena parte de los 60.000 espectadores, aunque no escapó de problemas técnicos, varios por la fastuosidad de despliegue y la ambición por sorprender al jurado.
La escuela ganadora del título, que actualmente ostenta Salgueiro, se conocerá el miércoles por la tarde.
El inicio de la jornada fue para Mocidade Independente, con un ‘samba enredo’ (tema central) sobre paraísos, como el del consumo, los religiosos y fiscales, expuesto con frenesí por sus miembros.
Porto da Pedra salió en segundo lugar a desfilar por el Sambódromo para abordar los cambios de la vestimenta y la moda a lo largo de la historia, en un despliegue correcto basado en buen vestuario y carrozas lujosas.
El tercer turno fue de la máxima campeona del carnaval carioca, Portela (21 títulos), que tomó la pasarela bajo el grito de “Es campeón” de la tribuna popular, con un colorido y sofisticado show tecnológico sobre los cambios impulsados por la internet y su poder de transformación social.
Sin embargo, las intenciones de Portela (sin cetros desde 1984) no se consumaron plenamente pues transmitió su idea de forma algo confusa, pese a estar sus 37 alas repletas de antenas parabólicas, luces, computadores y vistosas carrozas.
Luego salió Grande Río con lucido homenaje a los 25 años del Sambódromo, a las diferentes escuelas y los puntos altos de los carnavales. Su ala de percusión vestía totalmente de naranja, como los uniformes de los barrenderos municipales.
El público la recibió enfervorizado y la ovacionó cuando un ‘astronauta’ con un tanque propulsor salió volando desde el área de concentración por encima del primer carro, aunque su viaje acabó poco después por problemas técnicos y según los bomberos el piloto tuvo quemaduras.
Pese al contratiempo, el colorido, las originales carrozas y sus hermosas vedettes le valieron fuertes aplausos y quedó como aspirante al cetro.
Vila Isabel, cuna de compositores cariocas, fue penúltima en desfilar con 3.500 miembros en 31 alas, que representaron de forma vistosa la vida bohemia y la obra del poeta sambista Noel Rosa, autor de clásicos que cumpliría 100 años en 2010.
Si bien tuvo un serio problema de sonido y un carro con averías mecánicas, Vila Isabel no decepcionó e hizo cantar a rabiar a muchos.
El broche final fue para la escola más popular de Brasil y en el exterior: Mangueira (2ª mayor ganadora, 15 coronas), que no gana desde 2002. Con una de las mejores baterías del samba, se lució con su tema “Mangueira es la música de Brasil”, un homenaje a músicos populares brasileños como Chico Buarque.
Muy original fue el recuerdo a la censura artística durante la última dictadura (1964-85), con un grupo vestido de soldados dejando tras rejas portátiles a los percusionistas, que vestían de presos con la palabra “censurado”.
La efervesencia se desbordó al inicio con muchas personas bailando al borde de la pista, lo que dificultó parte del despliegue de la escola y el paso de sus enormes carrozas. El carro abre alas tomó fuego parcialmente, pero las llamas fueron sofocadas y la carroza pudo salir.
El desfile de otras seis escolas en la jornada del lunes tuvo su climax en el original show de Unidos da Tijuca, la más firme favorita al título, con un enredo sobre secretos y misterios de la humanidad.