La explosión ocurrida el sábado en una mina de carbón del noreste de China ha dejado 87 muertos, mientras que 21 mineros siguen “desaparecidos”, anunció este domingo la agencia oficial Nueva China.
Los socorristas han localizado a 8 de los mineros encerrados pero por ahora era imposible saber si están vivos o muertos, añadió Nueva China.
La explosión se produjo a las 02:30 locales (15:30 del viernes en Chile), cuando 528 mineros se encontraban en la mina, situada a unos 10 km de Hegang, en la provincia de Heilongjiang, según un comunicado de la Administración Estatal de la Seguridad Laboral. La mayoría de los mineros logró regresar a la superficie.
La deflagración de grisú tuvo lugar a unos 400 metros de profundidad, precisó uno de los portavoces de las operaciones de rescate, citado por China Nueva.
El viceprimer ministro Zhang Dejiang viajó a esa localidad cerca de la frontera con Rusia, donde visitó el hospital de la Oficina de Minería.
Pan Wiaowen, subdirector del hospital, señaló que el personal de su establecimiento –unas 800 personas– participaba en las operaciones de socorro, agregó esta agencia.
Esta mina, que produce 1,45 millones de toneladas anuales de carbón, pertenece al grupo Heilongjiang Longmay Mining, basado en Harbin, la capital provincial, que se presenta como la primera empresa minera del noreste de China.
“En 2009, Longmay Mining era la duodécima en la lista de las 100 mayores compañías mineras de China y la séptima por su volumen productivo”, indica Longmay en su página de internet.
Los accidentes son frecuentes en las minas chinas, sobre todo las de carbón, donde más de 3.200 obreros perecieron el año pasado, según estadísticas oficiales consideradas muy por debajo de la realidad.
China, gran consumidor de carbón, trata desde hace varios años de modernizar sus minas para controlar las emanaciones de gas, sobre todo las de metano, un gas contaminante que además provoca las explosiones de grisú.
Todos los años, el gobierno destina unos 200 millones de euros de subvenciones para las minas que utilizan tecnologías para captar el metano, indicó recientemente a la AFP Huang Shengchu, director del Instituto Chino de Información sobre el carbón, bajo tutela gubernamental.
Según cifras citadas por la prensa oficial, el gobierno adjudicó en total 15.000 millones de yuanes (1.400 millones de euros a la tasa actual) desde 2005 para mejorar las minas ya existentes.
Las autoridades centrales también lanzaron hace algunos años una gran campaña de cierre de las pequeñas minas, a menudo ilegales, donde se produce la mayoría de los accidentes mortales. Sin embargo, muchas de ellas siguen funcionando debido a la corrupción de las autoridades locales.