El Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica alertó de los peligros que conlleva la ingesta de unas pequeñas bolas para el jardín, conocidas como crecencios y que son utilizadas por los niños como juguete.
Hasta nueve veces su tamaño original pueden alcanzar los crecencios en contacto con el agua. Se trata de unas bolas de polímero hechas para conservar la humedad de las plantas y que han empezado a ser utilizadas como juguetes por los niños.
El peligro es que al ser ingeridas pueden provocar desde un paro cardiorespiratorio por la falta de oxigeno que se produce al obstruir la vía aérea, hasta intervenciones quirúrgicas porque crece con la humedad de cualquier parte del cuerpo y se queda atrapada ahí.
De hecho, el Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica ha recibido más de 70 consultas en los últimos 3 meses por este tema, por lo que su director, Enrique Paris, llamó a los padres y a la autoridad a tomar precauciones.
Lo más preocupante a juicio de Paris es que este producto se está empezando a vender afuera de los colegios y a muy bajo precio, ya que una bolsa con varias bolitas cuesta, en promedio, 300 pesos.
La Secretaría Regional Metropolitana de Salud argumentó que al no ser un juguete, ellos no cuentan con el respaldo legal para fiscalizar su comercialización.