Sólo unas horas después de que Gobierno de facto de Honduras volviera a decretar el toque de queda en Tegucigalpa, tras los serios disturbios en los que acabó desembocando una multitudinaria protesta en apoyo al derrocado presidente, Manuel Zelaya, otra violenta manifestación ha enfrentado, por segundo día consecutivo, a zelayistas y policía en las calles de la capital hondureña.

Este miércoles, unos 5.000 seguidores de Zelaya protestaron en las cercanías de la Casa Presidencial sin que se registraran incidentes, para, posteriormente, dirigirse hacia el centro de la capital hondureña, donde se encuentra la sede del Legislativo.

Antes de llegar al Parlamento, la protesta fue disuelta “por policías y militares que no dejaron que llegáramos hasta el Congreso Nacional” y que se llevaron a una veintena de detenidos, según ha afirmado un dirigente campesino y uno de los coordinadores del movimiento de resistencia popular que exige el regreso al poder de Zelaya.

Según el relato de algunos testigos, las fuerzas del orden dispararon bombas de gases lacrimógenos, mientras un helicóptero volaba a baja altura sobre el centro de la capital, donde muchos comercios fueron cerrados.