No es sólo una crisis de refugiados. La situación de los sirios, tratando de entrar a Grecia, tiene un entramado político y hasta militar que algunos analistas ya advierten como perverso debido a las decisiones tomadas por el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan.
Todo recrudeció el pasado 28 de febrero, cuando 33 soldados turcos murieron en ataques perpetrados por fuerzas sirias, con el respaldo del gobierno de Rusia. Los efectivos de Turquía apoyan a los rebeldes en la castigada provincia de Idlib. Es un conflicto netamente político que, horas después, escaló a lo humanitario.
Un enfurecido Erdogan respondió a las acciones asegurando que la guerra, en la que su ejército participa, tiene a más de 3 millones de sirios en territorio turco. Es “demasiado tarde” para retroceder. Europa debe “compartir la carga”, sentenció.
Sin embargo, en 2016, firmó con el bloque europeo un acuerdo por 6 mil millones de euros para que Ankara hiciera frente a la crisis de refugiados sirios.
La estrategia detrás del viejo continente era evitar una entrada masiva de refugiados desde territorio turco, hacia naciones como Grecia o Bulgaria y por consecuencia a otros territorios de la eurozona.
El líder turco sabía perfectamente la presión que ejercería hacia la UE para obtener apoyo en Siria. Anunció que las fronteras entre Grecia y su país quedarían abiertas. No haría nada por impedir que los sirios escaparan hacia Europa.
Así fue. En las primeras horas de la apertura fronteriza, 18 mil sirios ingresaron a Grecia. En cinco días, un total de 47 mil lo habían logrado, según informaron medios como France24 y RT.
Lesbos (conjunto de islas cercanas a las costas de Turquía) y Evros, son parte de las zonas cero del conflicto; ahí es a donde la mayoría se ha refugiado o pretenden hacerlo.
No todos consiguieron la entrada. Algunos fueron recibidos por policías y militares griegos, haciéndolos retroceder con gases y disparos.
Decididos a todo, los sirios se enfrentaron a los uniformados. La guerra los hizo más resistentes y perseverantes. Hubo heridos en los primeros choques. Claro está, fueron del lado sirio.
Ahogados por no recibir ayuda y un video evidenciando maltrato
El mundo se enteró a inicios de esta semana de la muerte de un niño y un joven, tratando de ingresar a Grecia, vía marítima, en una frágil embarcación tras la “apertura” mostrada por Erdogan en la frontera.
48 personas estaban en el bote inflable, supuestamente escoltado por guardias turcos. Decidieron volcarlo para forzar un rescate de la guardia costera griega, la cual se habría retirado sin ayudar a los náufragos.
Grecia había acusado a Turquía de un intento “coordinado y masivo” de violar las zonas fronterizas, incitando a los sirios a usar el desesperado recurso para tratar de escapar lo más lejos de la guerra.
Un registro dado a conocer por el gobierno turco, mostró a la Guardia costera griega disparando hacia una endeble embarcación de sirios, que también trataba de llegar a Lesbos.
Los hacían retroceder con palos desde el barco patrulla. En el video se observa a los refugiados haciendo intentos por subir a la embarcación oficial, pero son más que rechazados.
El gobierno turco condenó las acciones luego de rescatar a los inmigrantes. Grecia aseguró que son las fuerzas turcas las que acompañan las balsas inflables con niños, mujeres y ancianos, para que crucen hacia su territorio.
El periódico griego ETHNOS, informó en su edición de ayer que 2.556 refugiados e inmigrantes fueron encontrados en una unidad de transporte con capacidad para 880 personas.
Cuando fueron detectados, pasaron a un control de registro y fueron llevados a un campamento de detención de inmigrantes, como los que EEUU tiene para los centroamericanos que buscan el sueño americano. El griego se ha convertido también en una pesadilla para los desplazados en esa parte del mundo.
Ya en 2015, un millón de sirios habían llegado a las islas griegas, huyendo de la guerra. Fue cuando Europa suscribió el millonario acuerdo de cooperación con Turquía, que Erdogan decidió romper a finales de febrero pasado.
Fronteras militarizadas contra sirios
Los sirios están decididos a entrar como sea a Grecia. En los últimos días la constante ha sido el recibimiento con gases lacrimógenos y balines. Las edades no importan. Lo que las fuerzas griegas buscan es frenar un nuevo ingreso masivo a como dé lugar. El río Evros es otro de los puntos de acceso.
Por lo anterior, al menos mil soldados han sido desplegados en los límites con Turquía, a donde llegan los que no son bienvenidos, ya sea por tierra o en las embarcaciones que no son detectadas en ríos y alta mar.
Ayer, el día transcurrió sin episodios de violencia o ingresos masivos. Pero la presencia militar de los dos bandos en conflicto hace amagos y demostraciones de poder en las zonas donde les es permitido advertirse con presencia militar y aviones sobrevolando.
El periódico ETHNOS describió así la situación:
“La provocación turca continúa en el mar Egeo, donde, como ayer, todavía teníamos un aluvión de vuelos sobre las islas griegas.
Un total de 13 sobrevuelos ocurrieron desde las 10 de la mañana hasta las 12 del mediodía. Específicamente, los aviones turcos sobrevolaron la isla de Panagia, Oinousses, pero también sobre Chios, lo que despertó una intensa preocupación por parte de Greek Airways de que vieron a los F-16 turcos volando sobre una isla tan grande”.
Nuevamente, como en las fronteras entre México y EEUU, con amplia presencia militar, otra similitud tiene que ver con la construcción de una enorme cerca, parecido al muro que Trump pretende edificar para evitar el ingreso de más indocumentados.
Los sirios y hasta los iraquíes que los acompañan en la travesía se estrellarían contra ese enorme obstáculo, pese a su decisión de ingresar para vivir en Europa.
Para sumar apoyo a los efectivos griegos, la agencia europea de control de fronteras, Frontex, anunció este pasado jueves que el 12 de marzo lanzará una intervención rápida en apoyo a Grecia.
“Los primeros agentes llegarán el 11 de marzo a la región de Evros (frontera entre Grecia y Turquía), puesto que planeamos lanzar nuestras operaciones el 12 de marzo”, declaró por teléfono a la agencia France-Presse, Ewa Moncure, portavoz de Frontex, con sede en Varsovia.
Por su parte, el medio estatal ruso RT, entrevistó a un analista internacional que habló de las decisiones de Erdogan y las consecuencias vistas en los últimos días.
“Erdogan se ha quedado absolutamente solo en su aventura imperial en Siria. Está utilizando el tema migratorio como un chantaje para buscar aliados. Pero aliados a la fuerza”, aseguró Juan Luis González.
El medio Euronews, citó a un representante de organizaciones de derechos humanos que otorgan también responsabilidad de los sucedido a la Unión Europea, tras firmar el acuerdo de 2016 con Turquía.
“Los solicitantes de asilo y los migrantes han sido utilizados como peones por el gobierno turco para presionar a la UE. Los ha puesto en una situación incluso más vulnerable de lo que ya estaban en esta crisis. Necesitamos establecer un mecanismo para que los recién llegados y las personas que han solicitado asilo en Grecia, en los últimos años, puedan ser enviados a otros países de Europa”.
Sin embargo, France24 informó desde Evros, la frontera de la discordia, que quienes ingresaron ilegalmente serán deportados en los próximos días.
