La neoyorquina de origen puertorriqueño Jennifer López y la colombiana Shakira pusieron a bailar este domingo a Miami en el show del partido del Super Bowl 54 de la NFL, la edición más latina de su historia.

“Hola Miami”, así comenzó Shakira abriendo el show de medio tiempo acompañada de varias bailarinas.

La barranquillera interpretó en cortos segmentos varios de sus éxitos mundiales. Acto seguido apareció J-Lo con un espectáculo de jugadas coreografías y varios de sus hits musicales.

Ambas artistas cerraron el show cantando juntas con gran derroche de energía y terminaron abrazadas para delirio de los fanáticos.

Durante el show de Shakira el boricua Bad Bunny se sumó para acompañar a la colombiana, mientras que el también colombiano J Balvin subió al escenario para cantar con J-Lo.

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También apareció Emme Muñiz, hija de López y Marc Anthony, quien demostró haber heredado el talento para el canto de sus padres.

Contribución cultural latina

Aunque ambas cantantes han tenido éxito en la música pop en inglés como en español, el show tuvo un toque completamente latino por primera vez en el evento estadounidense más visto en el mundo. Y no es casualidad.

Según recoge El País de España, esta es la primera colaboración entre la NFL (Liga Nacional de Fútbol Americano) y la productora Roc Nation, del rapero Jay-Z, “que busca mejorar la selección de artistas para los eventos y promover el cambio y la justicia social en una competición inmovilista y conservadora por naturaleza”.

El giro se da precisamente un año después de uno de los shows más criticados, protagonizado por Maroon 5. Aunque las criticas no apuntaban directamente a ellos, la banda quedó en medio de la polémica que significó el caso de Colin Kaepernick, jugador que negó a ponerse de pie durante el himno nacional en señal de protesta contra el racismo.

La manifestación le significó quedar sin jugar desde marzo de 2017 por un boicot de la liga, según denunció. Y no sólo eso, sino que también se le acusó de tener simpatía con el Estado Islámico.

Así las cosas, a Maroon 5 se le solicitó no participar del Super Bowl 53 e incluso se reunieron firmas para que se restaran del evento, pero nada de eso pasó.

A diferencia de lo ocurrido en 2019, el show de este año fue un éxito total. La performance mantuvo a los espectadores levantados de sus asientos durante los casi 15 minutos que duró, un emotivo acto con luces y sonido deslumbrantes.

“Este espectáculo va a tener una connotación social y un peso importante al mostrar la relevancia y la contribución cultural de los latinos en los Estados Unidos y en el mundo”, dijo Shakira tras su presentación a la transmisión oficial de de la NFL.

“Cuando pienso en mi hija, en todas las niñas del mundo, ver a dos latinas haciendo esto, en este país y en este momento… supone algo muy empoderador para nosotras”, acotó, en tanto, J-LO al Washington Post, en una conferencia de prensa previa.

No es la primera vez que un latino se presenta en el show de medio tiempo del evento deportivo más importante de Estados Unidos, visto por millones de personas.

Gloria Estefan fue de las primeras celebridades invitadas a este show (1992 y 1999) ahora casi un evento tan popular como el propio partido de fútbol americano.

Enrique Iglesias y Christina Aguilera cantaron juntos en 2000, y el director venezolano Gustavo Dudamel participó en el espectáculo en 2016, pero el show de Shakira y J-Lo llega en tiempos de duras políticas contra los inmigrantes impulsadas por el gobierno de Donald Trump.

“Los latinos están pasando por un momento difícil en Estados Unidos y creo que es importante transmitir un mensaje de unidad y mostrar lo relevante que es la fuerza de la comunidad latina en este país”, dijo Shakira en una rueda de prensa el jueves en Miami.

“Creo que J-Lo y yo estamos redefiniendo paradigmas sobre edad, raza, origen. En realidad no importa de dónde eres, qué edad tienes o de dónde vienes, lo que importa es el mensaje, lo que tienes que decir, ya sabes, y estamos aquí y tenemos muchas cosas que decir”, dijo la colombiana de 42 años.

“La jefa”

Actriz, cantante, bailarina, productora musical, de cine y televisión, empresaria, a sus 50 años, López lo ha hecho todo y está “acostumbrada a ser la jefa”.

Pero comenzó como muchas actrices latinas en Estados Unidos, recibiendo ofertas para roles de sirvienta.

López nació en el Bronx, en Nueva York en 1969, hija de un guardia de seguridad y una maestra de jardín de infancia, ambos de Puerto Rico.

Su salto a la fama fue con “Selena”. Tenía 26 años y seleccionada entre más de 22.000 actrices, J-Lo rompió otra barrera: se convirtió en la primera actriz latina en ganar un millón de dólares en Hollywood, un salario, que considera “marcó un precedente” y labró un camino para otras intérpretes.

Y cuando ya tenía un nombre, sus agentes le insistían en que escogiera entre cantar o actuar, que hacer las dos cosas era imposible. No les hizo caso.

Ha vendido más de 10 millones de discos solo en Estados Unidos y llena casi todos sus conciertos, al tiempo que tiene más de 100 créditos de actuación.

Madre de gemelos, Maximilian y Emme, que tuvo Marc Anthony, de quien se separó en 2011, López asegura tener hoy por fin una “hermosa convergencia” de su carrera y su relación con la exestrella del béisbol Alex Rodríguez, dejando atrás los angustiosos años en que su vida amorosa era blanco de los tabloides cuando estaba con Ben Affleck.

“Momento más negro”

“Shakira” significa “agradecida” en árabe. Nació en el seno de una familia de clase media, de padre de ascendencia libanesa y madre colombiana, y desde niña mostró fascinación por el canto y el baile.

Su salto al estrellato llegó en 1995 con “Pies descalzos”, que grabó cuando terminaba la secundaria y fue el primero de sus nueve discos de estudio.

Con 90 millones de álbumes vendidos, tres Grammys y 12 Grammys Latinos, y consagrada como un ícono internacional, Shakira celebra el momento dulce de la música latina en todo el mundo, muy distinto a cuando ella empezaba y sacaba sus principales éxitos con dos versiones, una inglesa y una española.

“Me tocó eso, me tocó enfrentarme a una industria muy cerrada, muy obtusa”, explicó a la AFP en una entrevista reciente en Barcelona, donde reside con su pareja el futbolista Gerard Piqué y sus dos hijos.

Agence France-Presse
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Ahí recordó “el momento más negro” de su vida: cuando perdió la voz y se vio obligada a posponer siete meses su gira internacional “El Dorado” en 2017.

“Siempre pensé que algún día perdería muchas cosas, un día se pierde la juventud, un día se pierde la belleza, se pierden hasta los amigos, hay personas que vienen y van… Pero la voz jamás pensé que era algo que podía desaparecer”.