Un verdadero terremoto vive la Familia Real británica, luego que el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle anunciaran que dejarán de ser “miembros de alto rango” de la realeza, abandonando las funciones que dicho rango les obligaba y liberándose económicamente de ellos.

“Tenemos la intención de retirarnos como miembros de primer rango de la familia real y trabajar para adquirir independencia financiera, sin dejar de apoyar plenamente a Su Majestad la Reina”, explicaron en una histórica declaración en Instagram.

“Después de muchos meses de reflexión y discusiones internas, hemos elegido iniciar una transición este año y empezar a labrarnos progresivamente un nuevo papel dentro de esta institución”, añadieron. “A partir de ahora queremos equilibrar nuestro tiempo entre el Reino Unido y Norteamérica”, escribieron.

La noticia llega a confirmar una serie de rumores acerca del distanciamiento entre los duques de Sussex con la realeza y el quiebre que vivirían los hijos de la princesa Diana, William y Harry.

Durante los últimos meses, la pareja había dejado en claro que las cosas no estaban funcionando. En octubre pasado, por ejemplo, la misma duquesa confirmó que su vida dentro de la familia real no había sido nada fácil y que “no estaba bien”.

“Gracias por preguntar, porque no mucha gente ha preguntado si estoy bien”, dijo al periodista Tom Bradby, encargado del documental Harry & Meghan: An African Journey. “Cualquier mujer, especialmente cuando está embarazada, es muy vulnerable, y eso fue realmente un desafío”, dijo.

Por su parte, Harry también habló de su hermano en el mismo documental. “Inevitablemente cosas pasan, pero somos hermanos, siempre seremos hermanos. Pero ciertamente estamos en diferentes caminos en este momento. Como hermanos, tenemos días buenos y días malos”, aseguró.

“Siempre estaré allí para él y sé que él siempre estará allí para mí. Ya no nos vemos tanto como solíamos, porque estamos muy ocupados, pero lo amo mucho”, aseveró.

El corto camino al “Megxit”

Cuando el príncipe Harry anunció que se casaría con la actriz estadounidense Meghan Markle, varios de los seguidores más conservadores de la realeza no vieron con buenos ojos la noticia.

No sólo porque Meghan no era aristócrata ni británica, sino porque también era divorciada, con ascendencia afroamericana y tenía un pasado en el mundo del espectáculo que podría causar problemas.

A pesar de todo, en un primer momento la Reina y su entorno, apoyó y recibió a la norteamericana e incluso la blindó cuando su propia familia se lanzó contra ella antes de la boda. De hecho, el príncipe Carlos aceptó llevarla al altar luego de que su padre se viera envuelto en un escándalo por aceptar pagos de un paparazzi.

Los problemas comenzaron cuando los medios empezaron a publicar decenas de rumores que aseguraban que el carácter de Markle no era de los mejores y había tenido actitudes de “diva” mientras planificaba su matrimonio con Harry. Algunos tabloides también dijeron que había hecho enojar a la mismísima monarca y que había dejado llorando a Kate Middleton.

Pero más allá de las polémicas, la pareja se casó fiel en su estilo y con bastantes guiños a la ascendencia de la novia y rompiendo protocolos a diestra y siniestra. De hecho, justamente esa fue la tónica de los primeros meses de Meghan como duquesa.

La exactriz acaparó portadas por romper todo tipo de tradiciones, desde cómo sentarse hasta cómo vestirse, lo que dejaba en claro lo mucho que le estaba costando adaptarse.

A esto se sumó que todos los integrantes de la familia real deben mantenerse completamente neutrales en temas políticos y sociales, una de las pruebas más difíciles para Meghan, quien antes de estar con Harry no temía dar su opinión de cualquier tema e incluso lanzó más de un tuit contra Donald Trump.

Las cosas empeoraron cuando ella quedó embarazada y la presión hacia la pareja aumentó. Hay que recordar que cada niño nacido dentro de la realeza debe seguir una serie de normas y reglas, que los duques de Sussex no querían para su hijo.

Por ello, los Sussex enviaron un comunicado en el que informaban que todos los detalles relacionados con el nacimiento de Archie serían mantenidos en privado y que tampoco saldrían inmediatamente a posar con el bebé en las afuera de la clínica, como era tradición. Sin mencionar que también optaron por otro centro hospitalario diferente al usado por Kate Middleton en el parto de sus tres hijos.

En ese momento, la prensa cuestionó la decisión de los duques debido a que ha sido una tradición real que lleva muchos años. Además muchos afirmaron que la Familia Real tiene pocas tareas y que una de las razones por las cuales sigue siendo relevante, es por el interés que despiertan en la opinión pública -y en términos turísticos- eventos como nacimientos y matrimonios.

El diario The Sun, por ejemplo, afirmó que su decisión infringe sus “derechos reales”. “Mantener a la nación en la oscuridad sobre los detalles, incluso después del nacimiento, le da una mala imagen a la pareja real”, aseguraron en su editorial del pasado 12 de abril.

“El repentino deseo de privacidad proviene de un duque y una duquesa muy felices de disfrutar la vida como miembros de la realeza a tiempo completo”, escribieron.

“Quieren privilegios reales, contribuyentes que desembolsen millones para la renovación de su casa de campo, que paguen por ellos y por el bebé de por vida, pero no quieren compartir detalles hasta que estén listos”, añadieron.

El tiempo pasó y las polémicas y rumores contra Meghan siguieron. Se le responsabilizó de querer dejar el palacio de Kensington, donde eran vecinos de William y Kate, de gastar demasiado en la renovación de su nuevo hogar en Frogmore Cottage y organizar un carísimo viaje para asistir a su baby shower en Nueva York.

Pero ningún rumor escaló tanto como la indignación que produjo que la joven familia viajara en un jet privado al sur de Francia, para descansar unos días.

En redes sociales fueron interminables los mensajes contra los duques de Sussex, a quienes se les acusó de malgastar los recursos y además de tener un doble discurso sobre la defensa del medio ambiente, pues un vuelo de este tipo contamina innecesariamente más que un vuelo comercial, señalaron sus críticos.

En diarios como Daily Mail y Mirror se enumeraron los viajes en jet realizados por Harry tras conocer a Meghan y contrastaron la información con la que él mismo había entregado en alguna oportunidad.

Fue cuestión de horas para que Sir Elton John saliera a aclarar que él invitó a los duques a su hogar y les facilitó su propio avión privado para trasladarlos, por lo que no fue costeado con recursos estatales.

Para hacer frente a esto, la pareja contrató a la empresa de gestión de crisis Sunshine Sachs, que alguna vez representó a Harvey Weinstein y Michael Jackson. El objetivo es que los ayudaran a mejorar la imagen de la exactriz, aunque la versión oficial es que asesorarán a la nueva fundación benéfica Sussex Royal, formada tras separarse de la que tenían en conjunto con William y Kate.

Sin embargo, la paciencia de los duques se terminó cuando Mail on Sunday filtró una carta privada de Meghan a su padre, lo que llevó a la pareja a demandar al tabloide.

La acción legal la anunció Harry a través de un comunicado, donde aseguraba que la divulgación de la misiva forma parte “de una campaña de este grupo de medios para publicar información falsa e historias deliberadamente despectivas sobre ella, así como sobre su esposo”.

La pareja afirmó que financiará de manera privada esta demanda, mientras que los ingresos que puedan generarse serán donados a una organización benéfica que trabaje en contra del bullying.

Recientemente los Sussex también rompieron la tradición al decidir no pasar la Navidad con la reina Isabel en su hogar de descanso en Sandringham, optando por viajar a Canadá, donde festejaron junto a la madre de Meghan, Doria Ragland, y al pequeño hijo de la pareja, Archie.

De esta forma, en sólo dos años, la pareja logró cambiar por completo su vida y también la historia de la realeza, dando un tono moderno y más atrevido, con el que están sentando un precedente.

Ahora sólo falta ver qué ocurrirá con ellos y su nueva historia como familia.