Entre pajonales y lagunas estacionarias del Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo y provistos de un pequeño parlante para reproducir las vocalizaciones de la especie, un equipo de expertos y voluntarios de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC) y Fundación Cosmos, registró la presencia del pidencito (Laterallus jamaicensis), especie bajo la categoría “en peligro” a nivel mundial que escogió este ecosistema protegido como su hogar.
La iniciativa, liderada por Fundación Cosmos -administradores del Santuario- y financiada por el Neotropical Birding and Conservation del Reino Unido, surge en colaboración con el “Proyecto Pidencitos” de la ROC, cuyo objetivo es confirmar la presencia de esa especie en este ecosistema.
Además, también buscan recabar información relevante como su distribución espacial y temporal, junto a las variables ambientales que influyen en su presencia o ausencia; aspectos biológicos poco estudiados como reproducción, dieta, depredadores y migración; y las amenazas que enfrenta en el Santuario y alrededores.
¿Qué es un pidencito?
Se trata de un ave pequeña, de 10-15 cm, con plumaje que se mimetiza con su entorno y de hábitos esquivos y crepusculares, siendo más activa al amanecer o anochecer, lo que lo hace casi imperceptible visualmente.
Los pidencitos pasan el día ocultos en la vegetación densa, generalmente cercanas a cuerpos de aguas como humedales, canales de regadío y pastizales húmedos. Su difícil detección contribuye a que sea una especie poco conocida y con escasa información sobre su biología, distribución y amenazas.
Presencia abundante, pero amenazada
En total se detectaron pidencitos durante todo el año y medio de monitoreo, obteniendo un peak de 15 ejemplares en diciembre de 2023. De esta manera, se confirma su abundante presencia en el Santuario, situándose como un hábitat relevante para la especie a nivel nacional.
Los datos recabados están siendo analizados para estimar su población en el área de estudio y compararla con otros sitios en el país. En tanto, su distribución espacial evidenció una concentración mayor en la zona de pajonales y lagunas estacionales del Santuario, además de áreas con vegetación que bordea un canal de regadío por la constante disposición de agua, lo que genera un ambiente idóneo para la especie.
Desde Fundación Cosmos destacan los buenos resultados, aunque también alertan sobre las amenazas que enfrenta esta especie y su hábitat. “Estos resultados confirman la importancia del ambiente de pajonales y lagunas estacionales del humedal para la supervivencia de esta especie“, señala Diego Urrejola, director ejecutivo de Fundación Cosmos.
“También permite relevar el valor ecosistémico del Santuario Humedal Río Maipo, que hoy enfrenta amenazas como la disponibilidad de agua, el ingreso de personas a zonas de anidación y alimentación, la presencia de especies introducidas como perros de vida libre y domesticados que perturban a las aves y se comen sus huevos. Pero sobre todo, el impacto ambiental que generará la expansión portuaria en San Antonio a solo metros del Santuario”, advierte.
Actualmente, la especie se encuentra en categoría “en peligro” a nivel mundial (Birdlife International 2024), mientras que en Chile mantiene la misma categoría desde la región de Atacama al norte y como “casi amenazado” desde la región de Coquimbo hacia el sur.
Exitosa metodología
Desde la ROC explican que durante las 19 campañas de muestreo realizadas entre junio de 2022 y diciembre de 2023 para el seguimiento periódico de las poblaciones de esta especie, se realizó la metodología de playback para la detección de ejemplares, siguiendo estrictos protocolos para evitar alteraciones en los individuos. El estudio mediante vocalizaciones es una medida utilizada globalmente que permite recabar información relevante en especies cuya detección visual es baja, como en el caso del pidencito.
“Al llegar a los puntos de muestreo, se mantuvo silencio durante dos minutos de manera que la presencia y desplazamiento de los investigadores en el área no incidiera en los resultados. Posteriormente, mediante el parlante portátil se reprodujeron las vocalizaciones de llamadas y cantos del pidencito entre 30 y 60 segundos, tras lo cual se guardaba silencio por otros dos minutos para registrar las posibles respuestas de los individuos”, relata Pablo Gutiérrez, co-coordinador del “Proyecto Pidencitos” de la ROC.
Además de registrar la cantidad de ejemplares y su ubicación, el trabajo de campo permitió obtener registros audiovisuales de alto valor durante el período de estudio, como fotografías y grabaciones de las distintas vocalizaciones de la especie tanto como su canto reproductivo, llamado o gruñido, llamadas cortas y llamadas de contacto.
“Esto es de gran relevancia, pues recursos como grabaciones del repertorio vocal del pidencito podrían facilitar su detección tanto en el santuario como en otras zonas del país, permitiendo la identificación de áreas de importancia para la especie”, indica Franco Villalobos, coordinador del programa de aves acuáticas y humedales de la ROC y co-coordinador del proyecto.
Como resultado secundario, este estudio a mediano plazo dio cuenta de la importancia del ambiente asociado a pastizales, lagunas estacionarias y totoral, registrando 108 especies de aves durante el periodo de estudio, muchas de las cuales utilizan el ambiente para descansar, alimentarse o reproducirse.
