Las fuertes lluvias que afectan a Guatemala en los últimos días han dejado al menos 37 muertos, 23 desaparecidos y más de 40.000 damnificados, desnudando la vulnerabilidad del país ante los fenómenos climáticos y forzando la declaración de emergencia nacional.

El portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conared), David de León, suministró esas cifras oficiales de víctimas hasta la tarde del domingo, y añadió que sólo durante el fin de semana los organismos de socorro atendieron 189 emergencias derivadas del clima.

De León informó además que se suspendieron las tareas de rescate de decenas de personas que quedaron sepultadas el sábado por un deslizamiento de tierra sobre la ruta Interamericana, a la altura de Solola, unos 170 km al oeste de la ciudad de Guatemala.

“Se canceló la labor rescate hasta que no hayan condiciones óptimas” de seguridad para que puedan operar los socorristas en el terreno, tras haberse reanudado intensas precipitaciones en la zona del operativo.

El secretario ejecutivo de la Conred, Alejandro Maldonado, señaló que hay comunidades anegadas e importantes daños en la infraestructura vial del país, así como 11.686 personas alojadas en albergues temporales.

“Es una tragedia nacional. Sólo en este fin de semana se han tenido daños similares a los de (la tormenta) Agatha” en mayo, afirmó el presidente Alvaro Colom tras visitar el lugar del deslizamiento que sepultó a unas 40 personas.

“Es doloroso que la gente pobre sea la que pague la factura de los fenómenos naturales. Hay que usar esta carretera sólo para lo indispensable, porque hay derrumbes por todos lados”, agregó el mandatario.

Hasta el momento se han recuperado los cadáveres de 17 víctimas del alud, pero se presume que otra veintena de personas continúa bajo tierra.

Las autoridades improvisaron una morgue a unos 500 metros de la zona del desastre. Pero en medio de su dolor, los familiares se llevaron los cuerpos de sus seres queridos sin esperar una autorización judicial para ello.

Aunado a las escenas de dolor de los familiares, prevalecen las de temor por parte de los socorritas, quienes en al menos una ocasión han tenido que retirarse del área ante la posibilidad de un nuevo deslizamiento.

Otro alud causado por las lluvias el sábado sepultó un autobús, en el km 83 de ruta Interamericana, con un saldo de 12 muertos, mientras que en otros incidentes provocados por las lluvias en el resto del país fallecieron otras siete personas.

Los aludes obligaron a las autoridades a cerrar tramos de la ruta Interamericana por tiempo indefinido.

“Vamos a seguir enfrentando deslizamientos en esta carretera”, afirmó este domingo el ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), Guillermo Castillo, y Colom afirmó que los cerros del área están saturados de agua, por lo que en “cualquier momento” podrían ceder ante la presión.

Estimaciones preliminares dadas a conocer por el presidente indican que se requieren unos 500 millones de dólares para atender a los damnificados y reparar los daños provocados por las lluvias.

Colom exhortó a los legisladores a que aprueben rápidamente el empleo de fondos financieros de emergencia para responder a la situación.

“Me parece una gran irresponsabilidad no reconocer que el país está en una verdadera emergencia”, afirmó al referirse a los estragos ocasionados por las lluvias y a lo que considera falta de voluntad de los partidos de oposición de aprobar los fondos extraordinarios solicitados.

“Hoy por hoy es una responsabilidad del Congreso atender a tantas víctimas. Si el Congreso colabora podemos prepararnos” para ello, afirmó.