Las autoridades informaron que este sábado, a eso de las 9:30 de la mañana, capturaron al reo Leonardo Azagra Valdivia que se fugó el pasado lunes del Juzgado de Garantía de San Bernardo, momentos previos a ser procesado.
El reo huyó desde el tribunal cuando pidió permiso para ir el baño, momento en que agredió al gendarme que lo acompañaba, quitándole su arma y dirigiéndose hacia los salones de audiencias. Allí tomó como rehén al juez Sergio Henríquez y, encañonado, lo llevó hasta la calle para luego soltarlo y subirse a un colectivo robado.
Según informó la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros (Dipolcar), fue encontrado en el interior de un domicilio ubicado en Avenida Antonio Varas, en la misma comuna.
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Al momento de la detención, el reo aseguró que el cuchillo con el que atacó al gendarme, minutos antes de huir en el vehículo robado, se lo pasó “el mismo paco” (sic), refiriéndose al gendarme.
El procedimiento, de acuerdo a la declaración entregada por la institución, comenzó en el mismo momento en que el imputado se dio a la fuga, mediante investigaciones policiales y criminales con apoyo de OS9, Labocar e, incluso, inteligencia institucional.
El general, Daniel Tapia, de la Dirección de Investigación Criminal de Carabineros, informó que “pudimos someter a este individuo con la fuerza necesaria para realizar la detención”. Manifestó también que “aún quedan diligencias por realizar”, las que se darían a conocer durante el resto de este sábado.
Además, comunicó que el imputado estaba llorando al momento de su detención. Según información de Radio Bío Bío, habría implorado que no se lo llevaran detenido.
En tanto, el fiscal de alta Complejidad de Occidente, Pablo Sapag, coincidió en que el trabajo investigativo se realizó durante toda la semana, “hasta que se cerró el círculo del imputado, logrando su detención”
Asimismo, informó que este domingo se realizará la audiencia de formalización por los nuevos delitos, que, según dijo, serán informados “en el momento”.
La autoridad fue lapidaria al informar que “los jueces y fiscales no tenemos miedo de que nos pongan una pistola en la cabeza”. Esto, ante el actuar violento del imputado al momento de su fuga.
