Por primera vez en la historia del Festival el tradicional “piscinazo” de la reina debió ser suspendido a raíz de la manifestación de un grupo de vecinos del Campamento Felipe Camiroaga de Viña del Mar.

Dirigentes y pobladores, quienes exigen a la alcaldesa Virgina Reginato poder contar con electricidad en sus viviendas, destruyeron algunos de los paneles destinados para el paso de la soberana, corona que este año se llevó Kika Silva.

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A raíz de lo ocurrido el municipio de la Ciudad Jardín lamentó que “una actividad tradicional en el Festival Internacional de la Canción, como lo es la elección de la reina, haya tenido que suspenderse ante la protesta que era innecesaria e inoportuna y que, más que buscar soluciones a un problema social, tiene también otros móviles”.

La entidad edilicia reconoció que “desde hace años ha mantenido una comunicación permanente con quienes lideran diversos comités para ir avanzando y apoyando a las familias que allí residen, que no cuentan con acceso a diversos servicios por tratarse de un asentamiento que ocupa predios particulares”.

Según se sostiene, la propia jefa comunal instruyó trabajar con representantes de campamentos para orientar y entregar “apoyo técnico en materias propias de la competencia municipal, dejándoles claro que el municipio está limitado en su actuar por situaciones jurídicas y normativas“.

En ese sentido también apuntaron a que desde hace un año que se lleva adelante un trabajo junto a Conafe para generar soluciones por la falta de alumbrado. A partir de ello es que el municipio de Viña del Mar coordinó para el 7 de marzo una reunión con la empresa eléctrica y pobladores.

Finalmente la Municipalidad expresó que “seguirá brindando el apoyo correspondiente en la medida de lo posible, teniendo en consideración que se trata de una ocupación irregular y de terrenos privados, y que ninguna institución pública puede hacer inversiones en ellos”.