El presidente de la Corporación de la Carne, Harry Jürgensen, destacó los alcances que tendrá el control de anabólicos que aplica el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y que terminará por abrir nuevas puertas para la utilización de reces para exportación.

Eso sí, criticó que contradictoriamente -a su juicio- existe una ausencia de políticas que incrementen la masa bovina que ha caído de manera estrepitosa.

El personero sostuvo que a vista de los países que recepcionan las carnes chilenas, el control que desde septiembre realiza el SAG ofrecerá un plus que puede ser capitalizado por los productores dado que suma a los cortes ya destinados a la exportación, otro margen que no estaba considerado en el mediano plazo.

Sin embargo, la contraparte a lo anterior está dada –aseguró Jürgensen– al silencio que proviene desde el sector público al incentivo que debe existir para revertir la caída en casi un 50% de la producción bovina en el país, dado que se dará la paradoja de tener buenos estándares pero poca masa ganadera destinada a la exportación.

A juicio del dirigente, justamente la exportación de bovinos es el futuro del sector.

Concluyó diciendo que la ausencia de promoción de la producción de la carne bovina, especialmente en la agricultura familiar campesina, pasara factura en su momento a ese sector de la economía que forma parte esencial en la región de Los Lagos.

Y es que si bien el margen de exportaciones no supera el 10% de la producción actual, existe un incipiente mercado que por ahora tiene destinos como Europa, China y Japón.