La independencia es el único tema de las elecciones catalanas. Siete partidos se presentan a la convocatoria: tres a favor del independentismo, ERC, la CUP y Junts per Catalunya y, por otro lado, el conservador Partido Popular (PP), los liberales Ciudadanos, el Partido Socialista Catalán (PSC) y CatComúPodem, que aún no tiene claro a qué bloque pertenece.

Para Llum Colomer Bau, las elecciones son un paso más hacia el futuro inevitable de la independencia catalana: “Estoy convencida de que algún día seremos independientes, incluso si tarda un par de años”, asegura. Esta pianista de 23 años apoya la causa independentista en las redes sociales, en las calles y bares.

Con el referéndum vino el cambio

Hasta el referéndum, Colomer Bau no estaba a favor de una Cataluña independiente.

“En realidad quería votar en contra”, dice, pero “estaba tan impresionada con las imágenes que vi al día siguiente que solo podía votar a favor de la independencia. Allí solo había gente que quería votar y la policía los golpeaba”, explica. “Desde ese momento tuve muy claro que no puede haber un futuro para nosotros dentro de España”, añade.

Tampoco David Fernández ve una perspectiva común entre Madrid y Barcelona. Se siente malentendido y repudiado “por ellos” en Madrid. Sobre todo desde que Mariano Rajoy llegó al poder en 2011.

“Está claro que no les gustamos y no pueden comprender nuestras particularidades. ¿Cómo puede decidir sobre nosotros un partido que solo obtuvo el 8% de los votos en Cataluña?”, dice. Este comerciante ha abierto una cuenta de Twitter con el fin de divulgar información sobre las elecciones.

La independencia, según Fernández, valdría también la pena económicamente. Al fin y al cabo, Cataluña paga más a Madrid de lo que recibe. “Somos una región rica y eso no va a cambiar con la independencia”, explica.

El hecho de que más de 3.000 empresas hayan abandonado Cataluña, no cambia nada para él: “Se trata de una cifra baja, teniendo en cuenta las 260.000 empresas con sede en la región. Se demuestra que más bien se quedan en la región”.

Los expertos tampoco se ponen de acuerdo

El catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Barcelona Agustí Colomines también apoya claramente la independencia: “Creo que como una Cataluña independiente, tendríamos mucho éxito, porque Barcelona tiene un puerto de unión importante con África”.

Los catalanes, según su opinión, tienen derecho a la independencia y esto deberían aceptarlo los países europeos a largo plazo: “Se trata de una batalla entre la democracia y la represión. Después de las imágenes del 1 de octubre, la UE no puede mirar para otro lado. Si quiere sobrevivir a la larga, entonces tiene que decantarse por la democracia”.

Su colega Alberto Pellegrini, también catedrático de Historia en la Universidad de Barcelona, no opina de igual manera: “La UE es un federación de Estados y no es de su interés reconocer movimientos independentistas e incluso dar alas a movimientos similares”.

¿Dos o más vueltas electorales?

Pellegrini es del norte de Italia y vive desde 2002 en Barcelona. “El ansia de independencia ha causado una herida profunda, nada positivo”, opina.

“Amigos y familias se han peleado. En el trabajo ya no hablan de política y en la región se ha instalado la sensación de malestar”, explica. Espera que haya una reconciliación en el futuro, pero cree que las elecciones no serán suficientes para lograrlo.

“Las encuestas muestran que probablemente ninguno de los bloques alcanzará la mayoría en el Parlamento. Si es así, habrá nuevas elecciones”, dice. Algunos en Barcelona calculan que habrá dos o más vueltas electorales.

En caso de que haya una clara mayoría, la situación tampoco será fácil. En caso de que los independentistas ganen, entonces el gobierno central aplicaría el controvertido artículo 155. Si ganase el otro bloque, tampoco la situación se relajaría, porque permanecerá la profunda sensación de riña.

Jaume Vives está en contra de la independencia y no se siente repudiado por Madrid, sino por Barcelona: “En Cataluña no se puede estar a favor de una España unida”, dice y añade que lo desprecian. “Han dicho que somos minoría, fascistas y violentos”, comenta.

Para Vives, los motivos de la crisis son muy profundos: “Los medios de comunicación y el ámbito educativo están totalmente dominados por los defensores de la independencia”, afirma y asegura que estos incluso cambiaron la historiografía a su favor para reforzar el mito de la independencia: “Madrid tiene que cambiar esto y entonces tendremos paz en Cataluña”.