Penetrantes sonidos de sirenas en plena noche estival y calles súbitamente desiertas: Múnich vivió un verdadero estado de sitio la noche del viernes al sábado tras el ataque que causó nueve muertos en un gran centro comercial de la capital bávara y cuyo autor se suicidó.

Las fuerzas del orden creyeron durante un tiempo, en base a los testimonios, que se trataba de tres tiradores que se habían dado a la fuga. Finalmente, fue uno solo, un joven germano-iraní de 18 años, que también causó 16 heridos, todo ello por motivos no dilucidados, antes de suicidarse.

A la vista de la situación, la policía de Múnich pidió a los habitantes de la tercera ciudad de Alemania, con millón y medio de habitantes, que no salieran de casa.

Las calles se vaciaron en un abrir y cerrar de ojos mientras los transportes urbanos se interrumpían temporalmente en esta ciudad normalmente muy animada, en la que tienen su sede muchos estandartes de la economía alemana.

No circularon metros ni trenes regionales durante varias horas y varios helicópteros sobrevolaron sobre todo el norte de la ciudad, donde se encuentra el centro comercial atacado, a poca distancia del estadio Olímpico donde se celebraron los Juegos Olímpicos de 1972.

En las inmediaciones del centro comercial, que cuenta unas 135 tiendas en dos plantas, estaban aparcados numerosos vehículos de socorro y bomberos.

La situación fue confusa durante bastante tiempo, los testimonios acreditaban la hipótesis de varios tiradores.

Un hombre, del que no se dio el nombre, empleado de una de las tiendas del centro comercial, indicó que se cruzó con un asaltante. “Miré en su dirección, disparó a dos personas y me escapé del edificio escalando una pared. Y allí había cadáveres y heridos”, contó.

Una joven mencionó un movimiento de pánico cuando se disponía a entrar en una cadena estadounidense de comida rápida.

“Estábamos entrando en el McDonalds para comer (…) luego se produjo un movimiento de pánico” y la gente saliendo corriendo. La joven oyó tres disparos, “niños que lloraban, la gente se precipitó hacia la salida presa de pánico”, añadió.

Hoteles y vecinos propusieron alojamiento en las redes sociales a las personas bloqueadas en Múnich. Mientras las fuerzas del orden ocupaban la ciudad, también se organizaba la solidaridad.

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Tercer ataque en Europa en menos de 10 días

Se trata del tercer ataque contra civiles en Europa Occidental en menos de diez días, después del atentado con un camión en Niza (sur de Francia), el 14 de julio, que dejó 84 muertos, y un ataque con un hacha en un tren en Baviera, que se saldó con cinco heridos.

El presidente estadounidense Barack Obama prometió a las autoridades alemanas “todo el apoyo que necesiten”, mientras que el jefe de Estado francés, François Hollande, dirigió un “mensaje personal de apoyo” a la canciller alemana Angela Merkel.

El presidente alemán Joachim Gauck dijo estar “horrorizado” por el “ataque asesino” de Múnich, en un comunicado, expresando su solidaridad a las víctimas y a sus allegados.

La policía desmintió que se hubiera producido un segundo tiroteo en otro lugar del este de la ciudad, pese a que supuestos testigos dijeron haberlo presenciado. “Es el pánico (que hay) en varios lugares de la ciudad”, explicó un portavoz municipal.

El ministro de Interior, Thomas de Maizière, había advertido el miércoles a sus conciudadanos de que Alemania “se encuentra en el punto de mira del terror internacional”.

“La situación es seria, debemos contar con que en Alemania también se prepare para atentados de pequeños grupos o personas radicalizadas”, señaló el ministro en una rueda de prensa.

El usuario de Twitter @jackyFakkinDaniels, quien se encontraba en las cercanías del lugar donde ocurrió el hecho, transmitió la conmoción que causó el ataque en los peatones que, a esa hora, circulaban por las cercanías del lugar.