La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el lunes la apelación de un hombre sentenciado a 241 años de prisión en Misuri por realizar una jornada violenta de robos a mano armada cuando tenía 16 años.

Esta decisión de la máxima corte equivale a confirmar la sentencia extremadamente dura impuesta a Bobby Bostic, quien teóricamente será elegible para beneficiarse de la libertad condicional una vez que cumpla los 112 años.

El 12 de diciembre de 1995, el entonces menor de edad cometió varios robos callejeros con un cómplice de 18 años. Había disparado contra una de sus víctimas, que apenas había sido rozada por la bala.

Los dos jóvenes también atacaron a una mujer, cuyo automóvil habían robado. En total, Bostic fue acusado de 18 infracciones penales, la mayoría de ellas criminales.

La juez de la ciudad de St. Louis, Evelyn Baker, quien lo había condenado, tomó la decisión de acumular las sentencias y no unificarlas.

Hace mucho tiempo, Baker admitió que la sentencia de prisión por 241 años, equivalente a una perpetua, tuvo una duración desproporcionada.

En su apelación ante el Tribunal Supremo, Bobby Bostic solicitó que se lo volviera a juzgar y que se le beneficiara en base a la 8ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos que prohíbe el “castigo cruel o inusual”.

En 2010, la máxima corte del país prohibió condenar a cadena perpetua a menores que no hayan cometido un homicidio, mientras en 2012 amplió este dictamen a los menores de edad culpables de asesinato y en 2016 dictaminó que se podía aplicar la norma retroactivamente.