La lógica indica que si una persona queda atrapada dentro de un congelador, haga todo lo que esté a su alcance para ser rescatado cuanto antes.

Salvo, claro, que se trate de un congelador repleto de licor.

Esto fue lo que ocurrió con Jeremy J. Van Ert, un hombre de 38 años de la localidad de Marshfield en el estado de Wisconsin, en Estados Unidos, quien 10 minutos antes de la medianoche de este martes, entró en la cava refrigerada de cervezas de una tienda de la cadena Kwik Trip.

Debido a la legislación local, las puertas del recinto se cerraron automáticamente a la medianoche para suspender la venta de alcohol, dejándolo atrapado en el interior. Sin embargo el hombre no hizo el menor intento por obtener ayuda: decidió acomodarse en su interior, desafiando temperaturas que rozaban los 0 grados centígrados.

Y vaya que se puso cómodo. Durante las 6 horas que pasó al interior del congelador, Van Ert consumió una botella de Icehouse Beer y otras cuatro latas de Four Loko. Estas últimas son bebidas que, según su promoción, equivalen a cinco cervezas y un trago triple de café expreso cada una.

Marshfield Police Department
Marshfield Police Department

Peor la pasaron los brebajes que no consumió, ya que durante su estadía el sujeto volteó y quebró tres packs de 30 cervezas Busch, indicó la policía según recoge el periódico Tampa Bay Times.

El jefe de la policía de Marshfield, Rick Gramza, indicó que muchas veces habían lidiado con personas que se ocultaban al interior de tiendas para robar, pero que jamás habían tenido un caso como este.

“Nunca habíamos tenido a alguien que quedara accidentalmente atrapado en algún lugar y no hiciera el más mínimo intento de ser rescatado por estar feliz con las circunstancias”, aseguró.

Finalmente, tras 6 horas de encierro, un cliente de la tienda logró divisar al hombre en el interior de la cava y dio aviso a los dependientes, quienes llamaron a las autoridades.

Así, cuando las puertas del congelador se abrieron cerca de las 6 de la mañana, “Van Ert salió zigzagueando y sin la más mínima intención de pagar por lo que había consumido o roto”, añadió la policía.

El reporte de los uniformados indica que aún cuando la tienda permanece abierta las 24 horas y el congelador está separado sólo por puertas de vidrio, Van Ert no hizo ningún intento por llamar la atención de los empleados. “Explicó que al comprender que se había quedado atrapado dentro, decidió que se quedaría a beber”, se detalla de sus declaraciones.

El miércoles, el hombre fue procesado bajo cargos de robo, con una posible multa de 170 dólares (100 mil pesos chilenos) más lo adeudado al local. Sin embargo, como Van Ert ya tenía dos condenas por vandalismo y se encontraba en libertad condicional, fue trasladado a la prisión de Wood County.

En tanto, ni los empleados ni la administración de la cadena Kwik Trip quiso referirse al curioso incidente.