Con un candidato único inscrito en cada uno de los nueve partidos políticos, Bolivia realizará el domingo unas inéditas y atípicas primarias presidenciales de cara a las elecciones generales de octubre, en medio de fuertes críticas de la oposición.

Además del binomio oficialista encabezado por el presidente Evo Morales, otros ocho partidos -todos opositores- presentarán a sus candidatos, entre ellos los expresidentes Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana) y Jaime Paz Zamora (Partido Demócrata Cristiano), el exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas (Unidad Cívica Solidaridad) y el senador Oscar Ortiz (Bolivia Dice No).

Otros cuatro frentes con débil fuerza política cierran la lista de participantes para estos comicios internos, que son un paso obligatorio para participar en las presidenciales.

Según la óptica opositora, las primarias fueron alentadas por el oficialismo para apalancar la polémica candidatura de Morales a un cuarto mandato sucesivo, hasta 2025.

Como en cada uno de los nueve frentes hay un solo candidato, técnicamente no sería una elección, graficó para la AFP el analista y profesor universitario, Carlos Cordero.

“Son unas elecciones, por tanto, atípicas, pero servirán para una demostración de fuerza del presidente Evo Morales y de su partido” el Movimiento Al Socialismo (MAS), acotó.

“Estas primarias son puro formalismo, porque en cada partido ya hay candidatos elegidos”, agregó Cordero.

Su realización, que tendrá un costo de unos 4 millones de dólares, es el resultado de una nueva Ley de Partidos Políticos aprobada en octubre.

El proceso interno es condición ‘sine qua non’ para participar de las elecciones presidenciales de octubre próximo para el periodo 2020-2025, cuando también se renovará la totalidad de los 166 escaños del parlamento bicameral.

Entre votar y no votar

Las primarias han sido blanco de críticas de los opositores, quienes señalaron que es un gasto inútil y que sólo sirven para legalizar la candidatura de Morales, con 13 años en el poder.

Mesa informó el jueves su decisión de “no ir a votar en las mal llamadas elecciones primarias”, alegando que sólo “busca legitimar” la candidatura oficialista “porque aquí no compite nadie”
y despejó el riesgo de quedar inhabilitado.

Abiertas solo a los militantes de los partidos, no hay una cuota mínima de voto.

Pero el vicepresidente, Álvaro García, dijo que las primarias servirán para conocer “la musculatura de cada frente”. El oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) se precia de contar con casi un millón de militantes.

La oposición mantiene que la candidatura de Morales es ilegítima, recordando que los bolivianos rechazaron en un referendo en 2016 reformar la Constitución para que el presidente se postulara por cuarta vez.

Pero un fallo de noviembre de 2017 del Tribunal Constitucional (TC) desestimó ese resultado y habilitó al mandatario a ir a una nueva postulación aduciendo que se trata de un derecho humano.

El poderoso gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, anunció que tampoco votará en las primarias y pidió a los militantes de su frente “Bolivia Dijo No” imitar su conducta. Esta formación apoya al senador Oscar Ortiz (derecha).

A contrapelo, el presidente Morales aseguró que en las elecciones primarias mostrará la fuerza y poder de su partido y reprochó a los opositores que le esquivan a un acto eleccionario.

En las últimas semanas, intensificó sus visitas por todo el país, en las que arengó a sus militantes a votar “para derrotar a la derecha”.

Incluso indicó que las primarias son una suerte de “calentamiento” para las elecciones generales, en las que, asegura, ganará un cuarto mandato con el 70% de los votos.

Para el gobernante, su continuidad en el poder es clave para mantener la estabilidad política y el crecimiento económico, que desde que llegó al poder fluctuó entre el 3% y 6%.

En un sondeo de intención de voto de noviembre del diario Página Siete, que el gobierno tilda de opositor, Mesa marcha primero por primera vez con el 34%, seguido por Morales con el 29%.