El Gobierno de Argentina salió a defender el cuestionado proceso de recuento de votos, de las primarias legislativas realizadas la jornada del domingo, luego de que más de mil mesas aún no hayan sido escrutadas en Buenos Aires.

La defensa al proceso fue realizada por el Secretario de Asuntos Políticos e Institucionales del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, quien indicó a Radio La Red de Argentina, que era normal que aún faltaran mesas por escrutar.

“El escrutinio provisorio se terminó. Hay un 4% sin escrutar que va a quedar para el definitivo. Es el número normal y habitual que suele quedar en toda elección”, señaló Pérez, según consigno diario La Nación de Argentina.

“Va haber muchos casos de revisión de telegramas, hasta apertura de urnas. El que tiene valor es el escrutinio definitivo, eso tendrá validez y marcará el resultado de estas elecciones”, agregó.

Respecto a las primarias de senadores en la provincia de Buenos Aires, donde Cristina Fernández (34,11%) y el candidato del macrismo, Esteban Bullrich (34,19%), mantenían una cerrada disputa por el primer lugar, hasta que el recuento de votos concluyó con el 95,68% de las mesas escrutadas.

“Sobre el casi 96% de las mesas escrutadas, hay un empate técnico entre Cambiemos y Unidad Ciudadana en la provincia. Está dando 34,19% y 34,11% (…) Hay seis mil votos de diferencia en 9 millones de sufragios. No hay diferencia”, apuntó Pérez.

La expresidenta Fernández se había quejado de la suspensión del recuento de votos, calificando la situación como un “bochorno” y se adjudicó de la victoria, pese a que el último cómputo le es desfavorable.

Lee también: Fernández se adjudica victoria en primarias pese a perder contra candidato del macrismo

Aunque en la elección no había nada importante en juego, sólo se inhabilitan para competir en los comicios oficiales de octubre quienes los candidatos que tuvieran menos del 1,5% de los votos, sí servía como una especie de plebiscito para medir la gestión de Mauricio Macri.

En ese contexto, la provincia de Buenos Aires -que concentra el 37% de todo el padrón electoral- resultaba clave, por lo que la victoria de Bullrich supone un gran espaldarazo para el macrismo.

A su vez, los grandes derrotados fueron los “peronistas”, quienes acudieron divididos a las primarias (debido a una escisión del “kirchnerismo”), quedando relegado el Partido Justicialista (tradicional de los seguidores de Juan Domingo Perón), a un tercer lugar.