Las fotos robadas de Kate Middleton en topless bajo el sol de Provenza, habían indignado a la familia real y hasta a los tabloides británicos. La revista francesa Closer, que las publicó en 2012, conocerá su sentencia el martes.

Durante el juicio, a principios de mayo en un juzgado de Nanterre, cerca de París, a la duquesa de Cambridge y su marido, el príncipe William -segundo en la línea sucesoria al trono británico- habían reclamado a través de su abogado 1,5 millones de euros (más de 1100 millones de pesos) de daños y perjuicios, indignados por la publicación de estas imágenes.

En una carta leída por el abogado Jean Veil, el príncipe William había denunciado unos hechos “particularmente dolorosos porque recuerdan el acoso que originó la muerte de su madre, Diana”, en París en 1997 durante una persecución por paparazzi.

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Las fotografías, publicadas el 14 de septiembre de 2012 en Closer, mostraban a Kate y William al borde de una piscina en una lujosa residencia del sur de Francia. La duquesa solo llevaba la parte inferior del bañador.

La pareja había logrado rápidamente que la justicia civil francesa prohibiese toda nueva difusión de las fotos y demandó a la publicación.