En enero pasado, el Dr. Rubén Stehberg Landsberger, jefe del área de Antropología del Museo Nacional de Historia Natural, organizó una expedición arqueológica de cinco días para excavar el sitio LB 23, ahora llamado “Adoratorio Inca de la Sierra de Ramón”, que se desarrolló entre el lunes 23 y el viernes 27 de ese mes y en la que participaron la arqueóloga Claudia Cádiz Álvarez y el antropólogo Marco Vargas Opazo.

El Dr. Stehberg invitó como investigador a cargo de las observaciones de Arqueoastronomía y Geografía Sagrada, al investigador Alexis López Tapia, director del programa “Rutas de Nuestra Geografía Sagrada” de Bio Bio TV y CNN Chile, quien junto al antropólogo Marco Vargas Opazo acaban de publicar el trabajo “El Adoratorio Inca de la Sierra de Ramón“, que puede leerse y descargarse al final de esta nota.

La investigación determinó que el lugar fue construido durante el período de ocupación Tahuantinsuyo, alrededor del año 1450, y fue un Adoratorio de Altura relacionado tanto con el cerro El Plomo, hacia el que está orientado, como con el Pucará del cerro Chena, ya que el portezuelo es el lugar de salida del Sol durante el Solsticio de Invierno, visto desde el ushnu o plataforma ceremonial del mismo.

La investigación

Considerando la existencia de al menos cuatro sitios que fueron ocupados o erigidos por los incas en la cuenca de la quebrada de Ramón: el Mitimae “Pueblo de Indios” de Apoquindo; los “Baños Termales de Apoquindo”; el “Cementerio Inca” de la Reina; y el “Adoratorio al Agua” que se encuentra a media altura en la quebrada; el “Adoratorio del Portezuelo” constituye el hito superior del proceso de sacralización realizado en la cuenca de la quebrada de Ramón durante el período de ocupación Tahuantinsuyo, comprobando la hipótesis basal del Dr. Rubén Stehberg.

Debido a lo anterior, es posible sostener que este complejo de pircas, fue el punto de destino de una posible ruta ritual de ascenso, que pudo haber comenzado en el Mitimae del “Pueblo de Indios de Apoquindo” y los Baños del mismo nombre, continuando hacia el “Cementerio Inca” de La Reina, desde donde se comenzaba a ascender por la quebrada de hasta el “Adoratorio al Agua”, utilizado como campamento intermedio, antes de emprender el ascenso final hasta el “Adoratorio del Portezuelo”.

El extenso y documentado trabajo de Alexis López Tapia y Marco Vargas Opazo, presenta una descripción, análisis, evaluación e interpretación simbólica, de diversos elementos de Geografía Sagrada presentes en el lugar, y su relación con otros hitos relevantes del período de ocupación Tahuantinsuyo en el Valle del Mapocho, complementando los resultados arqueológicos de la excavación del sitio, que serán publicados próximamente por el Dr. Stehberg.

El “Adoratorio Inca de la Sierra de Ramón”, constituye un relevante y destacado testimonio del proceso de conquista ideológica y dominio simbólico, que los Incas desarrollaron en el valle del Mapocho durante el período de ocupación Tahuantinsuyo, transformándose en el complejo monumental de mayor altura después de El Plomo, en la zona central de Chile.

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