La nueva jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, abogó este sábado por un Estado palestino con capital en Jerusalén Este, horas después de la muerte de un árabe israelí a manos de la policía israelí en un contexto de recrudecimiento de la violencia en la Ciudad Santa.

La muerte de este joven árabe israelí desencadenó enfrentamientos durante una gran movilización en su localidad al norte de Israel, sector hasta el momento alejado de la violencia que arrasa la Cisjordania ocupada y la parte palestina de Jerusalén anexionada por Israel.

Para evitar la extensión de la violencia a otras localidades árabes de Israel, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que quitaría “la ciudadanía a aquellos que instan a destruir el Estado de Israel”. “No toleraremos ningún disturbio”, insistió.

En su primera visita oficial, Federica Mogherini viajó el sábado por la mañana a la Franja de Gaza antes de ir horas después a Ramala, en Cisjordania, donde se reunió con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.

Cuando el proceso de paz se encuentra en punto muerto a causa especialmente de la cuestión de Jerusalén, la canciller europea consideró necesario un Estado palestino con capital en Jerusalén Este, al tiempo que denunció la colonización israelí como “un obstáculo para una solución de dos Estados”.

Para intentar abrir la vía a este Estado soberano con las fronteras definidas en 1967, Abas repitió el sábado que presentarían en noviembre un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para fijar el final de la ocupación israelí. 

Mogherini, por su parte, aseguró que discutiría con cada uno de los países miembros de la UE un eventual reconocimiento del Estado de Palestina. Según la Autoridad Palestina, al menos ocho países miembros de la UE formarían parte de los 135 Estados que ya han reconocido a Palestina.

Reconstrucción

Desde una devastada Franja de Gaza, la jefa de la diplomacia de la UE advirtió que el mundo “no soportará” una nueva guerra en la región. El conflicto entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas dejó en julio y agosto casi 2.200 palestinos muertos en Gaza y más de 70 fallecidos en el lado israelí.

Mogherini había pedido la víspera la reanudación urgente de las negociaciones de paz para evitar sumirse “nuevamente en la violencia”.

Con el objetivo de recaudar la ayuda de emergencia prometida a Gaza -más de 5.000 millones de dólares-, el primer ministro palestino, Rami Hamdalá, anunció que efectuaría en los próximos días una gira por los países árabes.

Asimismo, los dirigentes palestinos deberán alcanzar un acuerdo sobre los puntos de paso, que continúan cerrados. Tras un acuerdo de reconciliación histórico en abril, Hamas se comprometió a ceder el poder a la Autoridad Palestina en Gaza, especialmente, en el control de fronteras. 

Sin embargo, una serie de atentados en este enclave palestino contra dirigentes del Fatah, del presidente Abas, debilitó un poco más este acuerdo de reconciliación e hizo temer una nueva ola de violencia entre grupos palestinos en este territorio, donde Hamas tomó el poder por la fuerza en 2007 tras una casi guerra civil con el Fatah.

“A sangre fría”

Pero, por el momento, los disturbios se concentran en la Ciudad Vieja de Jerusalén, situada en la parte oriental.

Como todas las noches desde hace más de dos semanas, se registraron enfrentamientos entre jóvenes palestinos que lanzaban piedras y petardos contra los policías israelíes, quienes a su vez respondían con balas de goma, granadas ensordecedoras y gases lacrimógenos.

Aunque las razones para la cólera son múltiples -desempleo, colonización, etc.-, los palestinos estiman que se traspasó una “línea roja”, cuando los extremistas judíos reforzaron su campaña para reclamar el derecho a rezar en la Explanada de las Mezquitas, lugar santo para los musulmanes venerado igualmente por los judíos.

El ministro israelí de Defensa, Moshe Yaalon, descartó de nuevo la posibilidad de que los judíos recen en la Explanada, mientras que Abas abogó por el mantenimiento del statu quo y el final de los “ataques” contra el tercer lugar santo del islam.

Al norte de Jerusalén, en una aldea árabe de Israel, Kfar Kana, más de 2.500 personas se manifestaron en protesta por la muerte el sábado a manos de la policía de un joven, que se oponía al arresto de uno de sus allegados por hechos de derecho común.

Según la policía israelí, Jeir Hamdan, de 22 años, amenazó con un cuchillo a los agentes, que respondieron con disparos. Sin embargo, su familia asegura que lo mataron “a sangre fría”. 

En un vídeo, difundido por la policía, se ve a un agente disparando en varias ocasiones contra un joven, que huye tras intentar agredir a los policías.