Este miércoles se inició en la Sala de la Cámara de Diputados el debate del proyecto que sustituye el sistema electoral binominal por uno de carácter proporcional inclusivo. La jornada legislativa, catalogada como histórica por la trascendencia de la reforma, se extenderá hasta cerca de la 01:00 horas del jueves, según indica la tabla de la corporación.

La reforma al binominal entró en tierra derecha tras cumplir con el trámite en la Comisión de Constitución y de Hacienda de la Cámara Baja, para pasar a su discusión en sala para su votación en general y en particular.

Se esperan muchos discursos para esta jornada, la que se extenderá hasta las 01:00 del jueves. Posteriormente, a eso de las 10:00 horas, en la sesión ordinaria se votará la idea de legislar para pasar a la votación en particular de los articulados.

Será en esta última etapa donde se concentran los mayores temores al interior de la Nueva Mayoría. Es sabido que en la oposición RN votará a favor de legislar, para posteriormente votar en contra de algunos aspectos en la votación en particular; mientras que la UDI rechazará en general el proyecto.

La iniciativa ha sido resistida tanto desde la Nueva Mayoría, como de la Alianza, ante los profundos cambios que plantea, y que pretenden modificar una de las principales herencias de la Constitución impuesta durante la dictadura.

En el oficialismo el ambiente está tensionado ante las diferencias entre el Partido Socialista y la Democracia Cristiana, por los subpactos. El partido de la falange ha sido crítico al mecanismo que autoriza a dos o más partidos fijar apoyos al interior de una misma coalición. Al respecto, La Moneda se desmarcó de la polémica, limitándose a señalar que serán los propios partidos quienes deberán resolver este punto, junto con la también polémica ley de cuotas.

Sin embargo, al parecer no tendría mayor esperanza la idea de los subpactos, luego que desde el Partido Por la Democracia se anunció que no suscribirán la indicación propuesta por sus socios del pacto oficialista.

Esto último, es otra de las controversias que marcan la discusión del binominal. Originalmente, el proyecto incluía una indicación que imponía a los partidos llevar al menos un 40% de mujeres en sus plantillas de candidatos, para garantizar una mayor participación del género en el Congreso. Pese al apoyo transversal que concitó la idea, la polémica se instaló cuando se pidió eximir de esta cuota a las elecciones primarias.

La controversia llevó incluso a que un grupo de parlamentarias de la Nueva Mayoría le solicitaran a la ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Claudia Pascual, que se retire del proyecto la indicación que regula las primarias, porque -a su juicio- las perjudica.

AUMENTO DE CONGRESISTAS Y DE DISTRITOS

La principal controversia tiene que ver con el aumento en el número de parlamentarios que propone la reforma, de 35 diputados y 12 senadores, con lo cual el Congreso tendrá un total de 155 escaños en la Cámara Baja que estarán divididos en 28 nuevos distritos, y 50 nuevos cupos en el Senado, que representarán a cada región como una sola circunscripción, es decir, no existirán las divisiones como Bío Bío Cordillera y Bío Bío Costa.

Al respecto, ha causado ruido la posibilidad que tres diputados socialistas, Fidel Espinoza, Christian Urízar y Jenny Alvarez, voten en contra del artículo referido a la creación de nuevos distritos, el denominado redistritaje propuesto por el Gobierno, lo que -sumado a la votación de la Alianza- podría echar por tierra un aspecto que ha sido catalogado como el “corazón” de la reforma al binominal.

Desde la DC, en tanto, llamaron al socialismo a ordenar sus filas para la votación, tal como lo indicó el diputado Fuad Chahín. “Yo espero de que todos los parlamentarios de la Nueva Mayoría, más los independientes, más Amplitud, votemos favorablemente este proyecto”, señaló.

Por otro lado, el aumento de parlamentarios ha sido rechazado por la Alianza ante los costos que significaría aumentar la cantidad de parlamentarios, no obstante desde el Gobierno se ha señalado que el aumento en el presupuesto deberá ser asumido por el Poder Legislativo.

En ese sentido, se han planteado diversas alternativas, como rebajar las asignaciones parlamentarias o reducir la dieta parlamentaria, situación que debiera quedar zanjada en la extensa discusión de la reforma al sistema electoral chileno.