El Comité Bulnes sin Termoeléctricas, organización que rechaza la instalación de una central térmica a gas en la comuna, se reunieron con el seremi de Salud, Mauricio Careaga, para plantearle sus inquietudes acerca del proyecto.

El grupo pidió a la autoridad que cuando sea ingresado el Estudio de Impacto Ambiental de esta unidad, la cartera de la salud considere todos los impactos que vecinos de Bulnes piden ser tenidos en cuenta.

Marta Roa, una de las vecinas que encabeza la oposición a la central térmica que produciría más de 1.000 megawatts de energía, sostuvo que la agricultura es la principal fuente de ingresos en el sector de emplazamiento del proyecto, y que el consumo de agua les impactará de sobremanera en sus cultivos.

La dirigenta desestimó el anuncio que hizo la empresa en relación al cambio de la tecnología de enfriamiento de la central, que de acuerdo a las actualizaciones de diseño, se haría con aire, reduciendo al mínimo el consumo de agua.

El periodista Rodrigo Dresdner, que ha liderado grupos de rechazo al proyecto del terminal flotante de regasificación en Penco, llamado anteriormente Octopus, y de la termoeléctrica de Bulnes, señaló que estos cambios que se implementan reflejan que no siempre se hicieron bien las cosas.

La empresa Bio Bio Genera va a reingresar a fines de este mes el estudio de impacto ambiental del terminal marítimo de Lirquén que fue retirado del sistema. Y casi paralelamente el proyecto complementario de la central a gas en Bulnes.