Como muchas niñas de ocho años, come en la escuela y toma clases de ballet. Pero cuando su padre sea coronado Felipe VI de España, Leonor, a la que sus amigos tendrán ahora que llamar “alteza”, será la más joven heredera a un trono europeo.

Tras la abdicación de su abuelo, Juan Carlos I, su infancia ya no será igual: todas las miradas estarán puestas en los ojos azules, el cabello rubio y la blanca sonrisa de la que un día está llamada a convertirse en reina de España.

Según los analistas de la monarquía, esos encantos pueden ser los que necesita la familia real para recuperar la buena imagen perdida.

“Ella hasta ahora ha sido protegida por sus padres de una manera deliberada, intencionada. Ha sido protegida para que no aparezca todos los días en la prensa”, dice el biógrafo del príncipe José Apezarena. “Pero eso ha terminado”.

“Seguirán intentando minimizar las consecuencias para su vida personal, pero ella pasará a ser heredera dentro de unos días y eso le va a cambiar la vida”, asegura.

“Yo tengo un poquito de pena por ese cambio, porque eso le va a quitar libertad”, agrega.

El príncipe Felipe y su esposa la princesa Letizia, experiodista de televisión, ya eran grandes favoritos de la prensa del corazón cuando nació Leonor, el 31 de octubre de 2005.

La llegada de la heredera y de su hermana Sofía, de siete años, los convirtió en una de las familias reales más entrañables: un príncipe apuesto, una madre elegante y dos niñas rubitas.

Entre las pocas imágenes de las pequeñas infantas permitidas por la casa real, se las vio en julio de 2012 vestidas con camisetas de la selección española, y sus nombres escritos a la espalda, para recibir junto a sus padres y su abuelo a los flamantes campeones de la Copa de Europa de fútbol.

Inteligente, activa, tranquila

Leonor “es una niña muy inteligente, activa y muy tranquila que afronta con una enorme serenidad la presencia de las cámaras”, explica Apezarena.

“Es muy cuidadosa de su hermana, procura de verdad darle consejos y ayudarle”, agrega.

“Hace lo normal de sus compañeros, no tiene un plan especial: come en el colegio, va a clases de ballet, estudia inglés. Dicen que habla muy bien inglés”, explica.

Lo aprende con su abuela la reina Sofía, con su niñera británica y en Santa María de los Rosales, su elegante escuela privada al oeste de Madrid.

Un mes antes de la abdicación de su abuelo, Leonor participó en su primer acto oficial: con chaqueta blanca ornada de un lazo gris a juego con su pantalón corto, presenció junto a su padre, en uniforme azul del ejército del aire, una ceremonia aérea el 2 de mayo.

Para algunos, el momento no fue casual: Juan Carlos, de 76 años, ya había decidido abdicar y el acto fue el inicio de su camino como futura heredera.

La actual Constitución española antepone “el varón a la mujer” en el orden de sucesión al trono pero, en espera de una eventual reforma, los analistas estiman que Felipe y Letizia no tendrán más descendencia.

Leonor de Borbón Ortiz heredará todos los títulos de su padre: princesa de Asturias, de Viana, de Girona, señora de Balaguer, duquesa de Montblanc y condesa de Cervera.

Y debe recibir la misma preparación que él, con formación universitaria y militar cuando crezca. A los 18 años, deberá jurar lealtad al rey y a la Constitución.

“Me consta que iban explicándole desde ya algún tiempo quién es ella y quiénes son sus padres, quiénes son sus abuelos los reyes, y cuál es su papel en el país”, afirma Apezarena.

“Ella, poco a poco, iba escuchando eso, pero con todo es muy joven”, agrega.

Tras los muros del palacio o de la escuela, Leonor puede no oír el ruido de las protestas callejeras que reclaman un retorno a la república.

Pero los dos grandes formaciones españolas, el gobernante Partido Popular y el opositor Partido Socialista, apoyan la proclamación de Felipe VI, y el nuevo rey debería jurar el 19 de junio.