La Corte de Apelaciones de Valdivia determinará si desafuera o no al diputado RN Rosauro Martínez, tras realizado hoy los alegatos en dicho tribunal. Los querellantes lo denuncian comandar una cuadrilla militar que ejecutó a tres miritas en Neltume, en 1981.

Para los abogados querellantes, entre representante de familiares de víctimas del programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y de la Agrupación de Ejecutados Políticos, hay sospechas fundadas de que el parlamentario, cuando fue capitán de Ejército, lideró el comando que ejecutó en Remeco Alto a los miristas Patricio Alejandro Calfuquir Henríquez, José Eugenio Monsalve Sandoval y Próspero del Carmen Guzmán Torres, en septiembre de 1981.

Es por ello, según manifestaron, esperan que la Corte acceda al desafuero del diputado Martínez y así se abra causa por estos hechos, procesándolo por los mismos, como lo indicó el abogado Boris Paredes, que representa a la familia de Calfuquir.

Sin embargo el abogado defensor del parlamentario, Fernando Saenger, se opuso a las solicitudes de desafuero por considerar que en esta causa se ha faltado al debido proceso, ya que la ministra Ruby Alvear pese a declararse inhabilitada tomó decisiones en la causa, tema que incluso ya fue fallado por la justicia militar, existiendo además prescripción.

Para el abogado de la Agrupación de Ejecutados Políticos, Vladimir Riesco, lo anterior son temas zanjados.

A su vez, la abogada de la familia de Monsalve, Magdalena Garcés, sostuvo que los hechos y la responsabilidad de Martínez están claros.

En todo caso, el abogado que representa al mayor en retiro los miristas no fueron víctimas de un acribillamiento, sino que participaron de un enfrentamiento.

Por otro lado, Fernando Saenger informó que la Corte Suprema ordenó investigar a la ministra Alvear, a quien denunció hace tres semanas al Pleno del Máximo Tribunal, por tomar decisiones en la causa desde agosto del 2011 y participar del pleno del Tribunal de Alzada el pasado 21 de abril, alegatos declarados nulos y que ahora se reanudaron pero sin su presencia.

En el episodio de Remeco Alto, los tres miristas llegaron hasta una vivienda a pedir ayuda, cuando la dueña de casa luego de hacerlos pasar ordenó a su hijo a que avisara a Carabineros. Estos informaron al Ejército que al llegar, unos 40 efectivos rodearon el inmueble, existiendo tiroteos y ráfagas de disparos que duraron cerca de 5 horas.

Mientras que la defensa ha sostenido que los hechos trataron de un enfrentamiento, los querellantes desacreditan lo anterior sobre la base de testimonios y procesos, indicando que no había equilibro en las fuerzas y que la misión militar coordinada con la CNI, más allá de detener a los denominados elementos extremistas, buscaba eliminarlos.