Por el delito de abusos sexuales en contra de dos menores del colegio Cumbres de Las Condes, la Fiscalía Oriente presentó la acusación en contra del sacerdote John O’Reilly, en el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago. La defensa del sacerdote -quien arrisga más de 20 años de presidio- ha señalado que en el juicio oral quedará acreditada su inocencia.

Tranquilo, esperando probar su inocencia en el juicio oral, se encuentra el sacerdote John O’Reilly, tras conocer la presentación de la acusación en su contra que la Fiscalía de Las Condes realizó en el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, por el delito de abuso sexual impropio y reiterado respecto a dos hermanas de 7 y 12 años del colegio Cumbres de Las Condes.

Así lo confirmó el abogado defensor Luis Hermosilla, quien se reunió con el imputado en su casa para revisar el documento que primero fue dado a conocer por los medios de comunicación, según denunciaron, como parte de una estrategia de despliegue mediático.

Según la investigación a cargo de la fiscal Lorena Parra, los supuestos abusos habrían ocurrido entre 2007 y 2012 en las oficinas de administración y en la capilla principal del colegio, de lo cual existe el testimonio de las menores, avalado por peritos del Centro de Asistencia a Víctimas de Atentados Sexuales, Cavas, de la PDI.

En relación a las pruebas de la Fiscalía Oriente, se establecen 72 testigos y 14 peritos, entre ellos seis protegidos en su condición de ex alumnas y profesoras, a los que se suman sicólogos, médicos y peritos. Evidencia reunida en más de siete meses de investigación, desde la formalización de O’Reilly, en agosto 27 de 2013.

El abogado defensor, lamentó que entre los testigos se incluyan periodistas y a un sacerdote irlandés, por su poca relación con el caso.

Se solicitarán dos penas de cárcel, porque se pedirá una condena distinta por cada víctima. En la acusación, el Ministerio Público le reconoce a O’Reilly su irreprochable conducta anterior. Sin embargo, como se lo acusará por delitos que son reiterados, se decidió elevar en un grado la pena, llegando a más de 20 años de cárcel.

Una de las agravantes que se invoca en el texto es la calidad de religioso que ostentaba O’Reilly al momento de cometer los presuntos ilícitos.