La organización ecologista Sea Shepherd aseguró el lunes que trasladará su lucha contra la caza de ballenas al Atlántico, donde operan Noruega e Islandia, esto si Japón acata la orden judicial de la ONU de cesar la captura de estos animales en el océano Antártico.

La Sea, Shepherd Conservation Society, con sede en Estados Unidos, saludó la decisión del máximo órgano judicial de las Naciones Unidas, que ordenó en La Haya detener la caza de ballenas que lleva adelante Japón en aguas de la Antártida, una decisión que Tokio se comprometió a respetar.

Sea Shepherd ha hecho en varias ocasiones campañas e intervenciones contundentes en el océano Antártico contra arponeros japoneses, que según la CIJ llevan a cabo una actividad comercial que hacen pasar por científica.

Su fundador Paul Watson ha expresado sus dudas sobre las promesas de Tokio para cumplir con esta decisión, pero afirmó que su grupo está listo para reorientar su flota de tres barcos al Atlántico si Japón cesa de cazar ballenas.

“No estoy 100% convencido de que los japoneses vayan a respetar la decisión. Tienen tendencia a aceptar y luego hacen lo que quieren. Así sucedió siempre con la Comisión Ballenera Internacional” (CIB), afirmó Watson.

“Nuestros barcos están listos para actuar de nuevo contra ellos si retoman” la caza, subrayó. “Si no reinician las capturas entonces podremos reorientar nuestros esfuerzos contra la caza de ballenas practicada por los noruegos, islandeses y las Islas Feroe”.

Japón, que insiste en que la carne de ballena es parte de su herencia culinaria, asegura respetar técnicamente una moratoria internacional de 1986 que sólo autoriza la caza de ballenas con fines científicos.

Sin embargo, la CIJ estimó el lunes que Japón disfrazaba la actividad comercial como un programa de investigación científica, dando la razón a Australia, que la había denunciado en 2010.

Noruega e Islandia son los únicos países en el mundo que realizan oficialmente la caza de ballenas con fines comerciales, en virtud de un reclamo presentado en contra de la moratoria de 1986 de la CIB.

Watson dijo que Sea Shepherd hasta ahora no ha tenido los fondos para llevar a cabo “una batalla en dos frentes”.

Por su parte, la organización celebró el 23 de marzo el haber salvado 750 ballenas de los arponeros japoneses en su campaña anual en el océano Antártico.