Arrojando la guitarra acústica al suelo de manera imprevista, molesto por un error técnico que apagó su micrófono, Jorge González finalizó el esperado concierto del pasado domingo en el Teatro Municipal de Santiago, en donde repasó íntegramente el disco ‘Corazones’, placa que fue lanzada en 1990, posterior a la primera separación de Los Prisioneros tras la salida de Claudio Narea.

Previamente, entre silbidos del público por la demora en el comienzo del espectáculo, sonaban canciones del disco ‘Acuario’ de Manuel García. Este último es uno de los tantos músicos que actualmente reconocen a ‘Corazones’ como pieza fundamental del pop chileno, principalmente por la calidad de su electropop y la maestría en las líricas.

Acompañado del músico alemán Atom TM y de la que formara parte de Los Prisioneros durante la edición de ‘Corazones’, Cecilia Aguayo, Jorge González dio la partida con ‘Amiga mía’, continuando con ‘Por amarte’, las que el público, claramente, coreó. Pero no fue hasta ‘Estrechez de Corazón’ que la gente se levantó de los elegantes asientos del Municipal para ser coherentes con el fuerte pulso de ‘Corazones’ y comenzar a bailar.

Siguieron ‘Cuéntame una historia original’, ‘Noche en la ciudad’ y una de las más emblemáticas, ‘Tren al sur’, para luego dar paso a un quiebre dentro del ritmo general del disco, con la desgarradora “Es demasiado triste”. Y para finalizar el recorrido por el que incluso es considerado como el primer álbum solista de González, vino la interpretación de ‘Con suavidad’ y ‘Corazones rojos’.

De esta primera parte del show, se extrañó la prolijidad que originalmente tienen los arreglos en los 9 tracks de ‘Corazones’, dejando fuera algunos coros o cambiando algunas secuencias. Pero también se agradece que González no sustente el espectáculo en ser una copia de lo que hizo, sino que represente dignamente esas canciones en base a la interpretación con una gran carga emotiva, misma fuerza que alguna vez dio vida a su rememorada obra.

Al término, González volvió para cantar unas canciones solo al piano (originalmente sería con guitarra acústica pero ésta resultó accidentada durante ‘Tren al sur’). Primero, la sensibilidad de ‘Nunca te haría daño’, single de su último disco ‘Libro’, el que será reeditado con cuatro canciones nuevas; y luego ‘El baile de los que sobran’.

Tras esto, en un último intento por hacer sonar la guitarra, sucedió el incidente relatado al principio, provocando al comienzo una sensación de desconcierto en el público, pero al ver que el músico no volvía definitivamente al escenario, quedó en claro que ésa fue la mejor forma de terminar el concierto, esto porque se trata de Jorge González, y sin esa impulsividad y valentía para expresar sus sentimientos, no habrían existido las canciones que representaron a un país oprimido ni las profundas reflexiones sobre el amor. Pero su reacción también reafirma que González aún late y que la actitud sigue intacta.