El sacerdote liberal e influyente bloguero ortodoxo Andrei Kuraev, quien defendió a las jóvenes del grupo Pussy Riot, provocó un escándalo en Rusia al denunciar la existencia de un lobby homosexual en la iglesia ortodoxa.

Andrei Kuraev, cuyas declaraciones van a veces en contra de la líneas oficiales del Patriarcado, reveló a fines de 2013 en su diario en línea los hostigamientos sexuales de que serían víctimas seminaristas de una academia teológica ortodoxa de Kazán, en Tatarstán, por parte de responsables del establecimiento.

Luego del envío de una comisión del Patriarcado a Kazán a fines de diciembre, ningún administrador del seminario fue castigado.

Por el contrario, el padre Kuraev fue destituido como profesor en la Academia teológica de Moscú, donde enseñaba desde hace diez años.

“Un lobby homosexual potente en la Iglesia se opone a la revelación de ese problema”, indicó a la AFP el padre Kuraev, quien continúa publicando muchos testimonios sobre hostigamientos homosexuales en el clero ruso.

Según el bloguero ortodoxo, “cerca de 50 obispos de los 300″ de la Iglesia tienen prácticas homosexuales, mientras que la Iglesia prevé teóricamente en ese caso que el sacerdote se vuelva seglar.

La homosexualidad era considerada en la URSS como un crimen y luego como una enfermedad mental hasta 1999.