Japón se dispone a hacer menos estrictas las condiciones del retorno de los habitantes a la región contaminada en torno a la central accidentada de Fukushima, mediante un cambio de los medios de evaluación de la exposición a la radiactividad.

El lunes, durante una reunión de un grupo de trabajo sobre este asunto, los miembros propusieron cambiar la manera de medir la dosis de radiaciones recibidas por las personas, dotando a cada una de un dosímetro, en lugar de fiarse simplemente al nivel de la radiactividad en el aire en un lugar dado.

Esta forma de medida individual lleva generalmente a dosis menos elevadas que el cálculo efectuado con una medida general.

De otro lado, la voluntad de llevar a menos de 1 milisievert por año la dosis de exposición (además de la radiactividad natural) “es un objetivo a largo plazo” (que tomará varias décadas) y no una condición estricta para el retorno de los habitantes, precisa el informe que debe ser aprobado oficialmente durante este mes por la Autoridad de regulación nuclear.

Añade que la norma admitida de manera común en el mundo de 1 milisievert/año no es un límite de seguridad y no significa que una dosis superior a ese nivel sea sinónimo de peligro.

Según el documento del grupo de trabajo, el retorno de los habitantes puede ser contemplado a partir del momento en el que la radiactividad en el aire es estrictamente inferior a 20 milisievert por año.