Aquí en occidente, pareciera que hay tres pilares fundamentales en los que se apoya, para la inmensa mayoría de la gente, esa virtud que llamamos “Legitimidad”.

Uno es el potente eje de la religión que para la mayoría es entendida como la fuente de la que emanan los valores morales, la ética, incluso las ideologías humanistas no religiosas.

El segundo pilar, por cierto, es el dinero, que en general se entiende como el instrumento básico que nos permite ejercer toda la libertad que podamos conseguir.

Y el tercero es el imperio de la ley, expresado en la dictación de leyes y la acción de jueces para hacerlas efectivas con apoyo de una policía para imponerla por la fuerza cuando se considere necesario.

Como quien dice, saltándonos las precisiones académicas, la inmensa mayoría de la gente parece percibir que aquello que es legítimo se apoya en la religión, el dinero y la policía.

Y esta semana nos estamos encontrando con ciertas noticias que no ocupan las primeras planas, pero que apuntan a que esos tres pilares de legitimidad están bajo ataque.

Y no es nada de seguro que puedan resistir.

Escucha la crónica completa de Ruperto Concha a continuación: