Invocando el mea culpa del Poder Judicial por sus omisiones frente a los crímenes de la dictadura militar, la madre del pequeño Rodrigo Anfruns difundió una carta donde pide “que de una vez por todas se establezca judicialmente al menos, la verdad en el caso”.

En palabras dirigidas al presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, y los demás ministros, Paola Papi Beyer relata que “la verdad oficial afirmada por la dictadura”, que no considera evidencias del secuestro, torturas y asesinato del niño de 6 años, se mantiene por 34 años, sin acercarse a los verdaderos responsables.

La madre cuenta en su carta cómo Rodrigo desapareció del jardín de la casa de sus abuelos, aquel domingo 3 de junio de 1976, apareciendo 11 días más tarde en un sitio eriazo cercano, con signos de haber sufrido quemaduras. Entonces, la justicia determinó que al autor del crimen fue “un adolescente con rasgos de inmadurez”.

“No hay peor ofensa para la víctima, representada en este caso por sus padres y su familia, que se imponga la mentira como verdad oficial”, dice Paola Papi, puesto que el caso sólo se reabrió el 2004 por la declaración clave de un carabinero que, junto a peritajes extranjeros, restan validez a esa verdad y apuntan a organismos de la dictadura. El caso fue cerrado en dos ocasiones más y reabierto el 2011.

“La justicia actual no sólo no se pronuncia, sino que pareciera tener una inclinación a mantener a ultranza una resolución dictada por un poder judicial que entregó sus facultades jurisdiccionales a una dictadura cuyos agentes cometieron delitos aberrantes que, como usted (Ballesteros) bien dice, ‘ofenden a cualquier sociedad civilizada’”, sentencia la madre.

“Yo creo tener el derecho a saber quiénes, cómo y por qué a un niño inocente y puro, que no pudo tener vinculación alguna con la crisis que vivía el país, lo secuestraron y asesinaron en tan extrañas circunstancias, con signos, incluso, de haber sufrido quemaduras en su pequeño cuerpo”.

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