El presidente estadounidense, Barack Obama, lanzó una intensa campaña de lobby para intentar convencer a los parlamentarios reticentes a dar su apoyo a la intervención militar en Siria, indicó este domingo un alto funcionario de la Casa Blanca.

Obama, el vicepresidente Joe Biden y el jefe de los servicios de la presidencia multiplicaron los llamados telefónicos a senadores y diputados, señaló la fuente.

“En todos los llamados y reuniones de información, repetimos el mismo argumento de base: si no se hace nada contra (el presidente de Siria, Bashar) Al Assad el impacto disuasivo de la reglamentación internacional contra el uso de armas químicas se verá debilitado y se correrá el riesgo de que Assad y sus principales aliados -Hezbolá e Irán- también consideren que una flagrante violación de las normas internacionales no tiene ninguna incidencia”, señaló.

Una reunión de información reservada a los miembros del Congreso, en la tarde de este domingo en el Capitolio, congregó a unos 70 parlamentarios.

El lunes Obama recibirá en la Casa Blanca a John McCain, un influyente republicano que el domingo dijo que no está seguro de respaldar la resolución de atacar Siria.

Otra serie de llamadas telefónicas a miembros del Congreso está prevista para el lunes, al igual que una conferencia con legisladores demócratas, según la misma fuente.