El dormir poco tendría efectos semejantes a beber alcohol en exceso al momento de una relación sexual en los hombres… es decir, nos volvemos más impetuosos.

A esa conclusión llegó un estudio liderado por dos profesoras de psicología de Arkansas, y que fue presentado en presentado durante el Congreso anual de la American Academy of Sleep Medicine, en la ciudad de Baltimore.

Esto, luego de analizar los comportamientos de 60 estudiantes norteamericanos que estuvieron varios días consecutivos obligados a dormir por lapsos pequeños de tiempo.

A los jóvenes se le midieron las pulsaciones y sus reacciones con cuestionarios psicológicos, llegándose a la conclusión de que el insomnio provocaría una desinhibición que los llevaría a tomar decisiones nunca antes pensadas en la cama.

Sobre lo mismo, los autores explicaron que esto podría generar una “actitud impetuosa que podría provocar molestias y conflictos de pareja”, consignó el portal español ABC.es.

Lo anterior, se explicaría porque ante este escenario se comprime el lóbulo frontal del cerebro del varón, provocando así consecuencias en el proceso decisional como la disminución de la sensibilidad al riesgo y la moral, lo que podría ser riesgoso.

“Deficiencia en la adopción de decisiones en estas áreas puede dar lugar a problemas como el acoso sexual, el embarazo no deseado, enfermedades de transmisión sexual y de la relación”, detalló Jennifer Penner, una de las encargadas del trabajo, sobre los efectos negativos que podría generar esta conducta.