Más de 80.000 personas, cerca de la mitad civiles, murieron en Siria desde que empezó en marzo de 2011 la revuelta contra el régimen del presidente Bashar Al Asad, anunció este domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

La revuelta, que empezó con manifestaciones pacíficas pidiendo democracia, reprimidas violentamente, se transformó en una guerra civil que según la ONU ha dejado 4,2 millones de desplazados y 1,4 millones de refugiados.

El balance de víctimas incluye 34.473 civiles (entre ellos 4.788 niños y 3.049 mujeres), 16.687 rebeldes y desertores y 16.729 soldados.

Además hay que incluir otras 2.368 víctimas no identificadas y 12.000 informadores y milicianos favorables al régimen, según la ONG cuyas cifras provienen de fuentes médicas y militares.