Con preocupación veo el caso del pastor Ricardo Cid, que ha protagonizado un hecho policial hoy frente al Palacio de la Moneda. Aparte de la estigmatización que pesa sobre nosotros los protestantes (cada vez menos, gracias a Dios), entiendo que cuando un líder de la iglesia tiene el título de “Obispo” se cree que nos gobierna a todos los protestantes.

Las iglesias evangélicas son descentralizadas. Hay iglesias que son “históricas” o que registran una tradición de largos años en los que los frutos visibles pueden dar fe de que son instituciones en las que Dios gobierna y tienen una misión alineada con las Escrituras.

En mi caso, yo pertenezco a la Iglesia Anglicana, la que tampoco es centralizada como lo es la Iglesia Católica, donde la jerarquía comienza con el Papa (actualmente Francisco) quien gobierna directamente a toda la institución en el mundo.

Pero en la Iglesia Anglicana no se depende directamente del Arzobispo de Canterbury. Es por eso, también, que hay congregaciones que deciden autónomamente que, por ejemplo, haya mujeres ejerciendo el pastorado (al menos en Chile, que yo sepa, no existe ese caso). Las decisiones no son tomadas autónomamente por el líder, existe un Concilio que regula asuntos como la administración de los fondos, etcétera.

Hay muchas otras instituciones evangélicas que cuentan con Obispos pero que gozan de una respetable tradición. No puedo dejar de destacar a la Iglesia Pentecostal Apostólica, quien perdió el año 2012 a un gran hombre de Dios como lo fue el obispo Francisco Anabalón Duarte (cuya labor fue destacada por el Presidente Piñera y el ex Presidente Lagos, entre otros líderes).

Es por eso que no puedo poner a personas que han construido la historia de Chile al nivel del autodesignado “obispo” Ricardo Cid, quien reafirma una imagen de la que hemos tratado por años disociarnos los que nos identificamos como cristianos evangélicos. Hay muchas iglesias respetables y en las que sus líderes máximos son llamados obispos luego de una rigurosa elección, pero en el caso del pastor que quiso llamar la atención frente al Palacio de La Moneda con una pistola a fogueo y que hizo llover oro, el título es una decisión sólo del interesado.

María Pastora Sandoval
Periodista y Gerenta General de Optimista Comunicaciones