Los problemas del ánimo y la introversión son asuntos relevantes en las personas mayores y que se acrecientan en las festividades de fin de año.
Mientras los integrantes se divierten con música navideña, o adornando en pino de navidad, Laura, de 85 años, se aparta del grupo y se encierra en su pieza, ahí se recuesta y comienza a llorar.
“No me gusta la navidad ni los villancicos; me hacen recordar a mi esposo que murió hace 22 años. Quisiera que la Navidad nunca llegara, es muy triste para mí”, relató la mujer.
La especialista de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, María José Gálvez, expresó que “en Navidad se generan altas expectativas respecto al comportamiento que deben tener las personas de la familia, y esto hace que los mayores se sientan sobre exigidos y aparezca ansiedad respecto a su comportamiento”.
Por ejemplo, en personas con hipoacusia hay una tendencia a intentar participar de las conversaciones, pero esto se torna difícil cuando hablan muchos integrantes de la familia a la vez y genera una sensación de frustración en la persona mayor.
A su vez, la geriatra Marilú Budinich, dijo que en fechas de fin de año hay mayores manifestaciones de enfermedades del ánimo.
“Como los adultos mayores son quienes se encuentran especialmente en una etapa de cierre del ciclo vital, disfrutando de lo acumulado en experiencia, bienes, trabajo y legados, la Navidad puede ser un momento de profunda introspección respecto a lo vivido y un momento de colocar en la balanza aquello que hemos deseado, lo logrado y lo que realmente poseemos”, explicó Budinich.
“También es un momento para evaluar las carencias respecto a lo que las personas mayores han querido tener en esta etapa, algunos se sienten solos, enfermos o con limitaciones físicas y mentales. La felicidad, al fin, resulta de la manera en la cual se vive este periodo con sus pros y contras y en la satisfacción que puedan encontrar las personas mayores para suplir sus necesidades, afectivas, de salud, económica y espirituales”, comentó la especialista.
