Si la necesidad es la madre de la inventiva, podríamos decir que el amor es su mejor incentivo. Buena muestra de ello es el caso de Lily, una niña de tan sólo 10 años que, conmovida por la dificultad que su abuelo afectado del mal de Parkinson estaba teniendo para algo tan simple como servirse un café, decidió poner manos a la obra.

Y lo hizo literalmente, porque aprovechó sus destrezas con la cerámica para crear un prototipo de tazón que, dotado de 3 patas, resulta mucho más difícil de volcar que un tazón convencional.

Pero no sólo eso. Con algunas mejoras, el “Kangaroo Cup“, como fue bautizado, añadió a sus propiedades el suspender el recipiente de las mesas, evitando que las dañen; e incluso ser apilables unos con otros, además de lucir mucho más elegante.

La idea actualmente está recolectando fondos para lograr su producción en masa, a fin de beneficiar no sólo a los enfermos de Parkinson, sino a los despistados que siempre vuelcan su té o su café sobre el teclado. La taza costaría sólo 13 dólares, poco más de 6 mil pesos chilenos.

http://youtu.be/TdyJKo0eHhk