El plebiscito del 5 de octubre de 1988 fue recordado en Concepción por la oposición casi completa, tratando de reagruparse y buscar rumbo, bajo una coincidencia política programática. Otrora triunfo del NO, hoy momento de renovar compromisos, esfuerzo y la tan esquiva unidad.

Sólo 7 sillas bastaron para reunir en un céntrico café penquista a los dirigentes históricos de la Concertación. Los que estuvieron aquel 5 de octubre del 89 y sus hijos que siguieron el mismo camino de la política y ahora militan en los emblemáticos partidos que componen el conglomerado.

Saben que el techo fue ese, el partidismo, recogieron ya el meaculpa con el cambio de gobierno y ahora exponen coincidencias con el mundo popular, una cercanía a la izquierda o quizás al trasfondo del por qué gobernaron 20 años, en algún momento olvidado.

Ya conocen el camino que deben enmendar, el problema es cómo lo harán. Rodrigo Daroch presidente regional del PPD, lo dejó en evidencia:

No sólo estuvieron los 4 partidos concertacionistas, sino que también lo hizo el Movimiento Amplio Social, que se creó en rebeldía al conglomerado, asumiendo que existen este tipo de contradicciones en política, según dijo el presidente regional, Jorge Venegas:

Pero no será la Concertación la que reagrupe al resto de los actores actuales de la oposición. Al menos así lo dejó claro el Partido Comunista, a través de su timonel regional Iván Quintana, pese a que coquetean con pactos, subpactos y artimañas electoralistas.

Por su parte, la Democracia Cristiana con el paso del tiempo tiene claro el error que le cabe en la historia reciente, según los expresó el dirigente Erick Aedo:

Y no es una cosa de darles una nueva oportunidad, según lo planteó el presidente regional socialista Dante Gebauer, quien también recogió el guante de las críticas que asumen a diario.

Acercamientos más o menos, tienen claro que de no dar por superada la época en que reinó la Concertación como gran pacto de aliados sin incluir a sectores que aún rondan fuera, el factor MEO y el progresismo podrán repetir la historia, y ni la figura de Michelle Bachelet será suficiente para devolverle el gobierno a este sector.