La final de la NBA que jugarán desde el martes los equipos de Oklahoma City y Miami, será algo más que un duelo entre los ‘Tres Amigos’ del Heat, Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, contra el ‘Duo Dinámico’ de los Thunder, Kevin Durant y Russell Westbrook.

Será también el enfrentamiento de dos corrientes que desde hace un tiempo se contraponen en la Liga de básquet profesional, y que en cierta forma dieron lugar a que la actual temporada regular 2011-2012 se recortara a 66 en vez de 82 juegos, debido a un cierre patronal.

Una filosofía, representada por Miami, se basa en comprar campeonatos reuniendo varias estrellas de salarios astronómicos: La otra, reflejada en Oklahoma City, defiende el derecho de los mercados pequeños a sacar su tajada del pastel de 4.000 millones de dólares de ingresos anuales que deja esta Liga.

David Stern, comisionado de la NBA, está más que contento con que las cosas hayan salido de esta forma.

La final Miami-OKC garantiza buenos ratings televisivos -no todos los años una final enfrenta al líder canastero (Durant) contra el Jugador Más Valioso de la campaña regular (James)-, y es un respaldo a la tésis de Stern de apoyar a los equipos de mercados reducidos.

Oklahoma City, ciudad del centro estadounidense de casi 600.000 habitantes, disfrutará como ninguna la presencia de su única franquicia profesional en una final.

Tanto Miami como OKC llegaron a esta disputa del campeonato dejando por el camino a dos equipos repletos de veteranos, como Bostons Celtics los primeros, y San Antonio Spurs los segundos.

El Heat pasó más trabajo para salir de unos aguerridos Celtics, que cayeron más por el cansancio acumulado en dos duras series ante Atlanta y Filadelfia, que por oel ficio de sus rivales.

Miami, con sus ‘Tres Amigos’, avanzó a su segunda final consecutiva tras dejar en el camino a New York Knicks (4-1), Indiana Pacers (4-2) y Boston (4-3).

En los dos últimos topes del choque contra los Celtics debió acudir a su ala-pivot Bosh, quien aún no estaba del todo recuperado de una lesión abdominal sufrida en el primer partido ante Pacers, y que le mantuvo inactivo hasta su reingreso ‘in extremis’ en Boston, la pasada semana.

El equipo de OKC barrió 4-0 en primera ronda a los campeones del pasado año, Dallas Mavericks; venció 4-1 a Los Angeles Lakers y salió 4-2 de San Antonio Spurs en la final de la Conferencia Oeste, luego de arrancar perdiendo los dos primeros partidos de la serie.

La final de este año se definirá en varios duelos, pero el que los aficionados más esperan es el de LeBron contra Durant.

El ‘Rey’ James, de 27 años, transitó los playoffs con promedio 30,8 puntos y 9,5 rebotes por partido, incluyendo un juego de 45 puntos y 15 rebotes -el sexto de la serie ante Boston-, que salvó a Miami de ser eliminado en la final del Este, y dejó el terreno preparado para la victoria en el séptimo choque.

El escopetero Durant promedió 28,7 puntos y 8 rebotes por encuentro, y en el partido final ante San Antonio encestó 34 tantos y capturó 14 rebotes.

También serán interesantes los mano a mano entre D-Wade y Westbrook; y Bosh contra el corpulento y a veces malintencionado centro de OKC, Kendrick Perkins, y el de James Harden ante Udonis Haslem, del Heat.

Wade ha estado jugando con intermitentes destellos de sus habilidades, mientras Westbrook es sin dudas el base más explosivo de la Liga, aunque algo indisciplinado en el ataque.

Bosh aún no está al 100% de sus capacidades, por lo que es probable que sea usado como reserva en los dos primeros partidos, mientras Harden, el Mejor Sexto Hombre de la temporada, es una máquina fría y eficiente saliendo de la banca, con 17 puntos por partido.