Una denuncia por corrupción en contra de la Dirección de Obras de la Municipalidad de Osorno, realizó un reconocido empresario nocturno a quien se le clausuró su local en enero pasado.

Víctor Gatica, propietario del pub Latimba de calle Portales, ex la Guarida, señaló que cuando abrió su local aconsejado por un ex funcionario municipal, requirió el servicio de un arquitecto de la ciudad para obtener el permiso de edificación, por el cual pagó cuatro millones de pesos, el que presentaba una serie de inconsistencias.

Tras pagar nuevamente otros cuatro millones de pesos para corregir las irregularidades del local, consiguió el visto bueno del Juzgado de Policía Local para entrar en funcionamiento.

Con ese documento llegó hasta el municipio local donde esperaba una rápida reacción del alcalde Jaime Bertín, quien no se encontraba en el edificio y tampoco le habrían querido recibir el documento en la oficina de partes lo que provocó su molestia.

De inmediato salió al paso de las críticas la directora de obras municipales, Ángela Villarroel y descartó de plano la acusación de corrupción.

Villarroel finalmente aclaró, que lo correcto en este tipo de casos, es que el juzgado de policía local oficie internamente de la resolución al municipio y que eso puede demorar un par de días pero no corresponde frenar al alcalde en la calle a la espera de una firma que autorice una reapertura si no se ha seguido el conducto regular.