El clásico de la ciudad rumana de Cluj entre Universitatea y el CFR Cluj debió ser suspendido este martes cuando se jugaban 27 minutos.

En aquel instante, un penal discutible fue cobrado por el árbitro en favor del CFR, causando la ira de la hinchada local, la que aumentó tras la conversión del capitán Cadu, quien saltó las vallas de publicidad y se besó el escudo de su club frente a la doliente fanaticada.

Mircea Bornescu, portero del Universitatea, no aguantó que le marcaran ni la provocación de Cadu, por lo que saltó los letreros y lo empujó, lanzándolo al suelo y elevando, aún más, la temperatura en el estadio.

Todo no terminó ahí, ya que cuando el anotador abandonaba la cancha, llegó el masajista de los dueños de casa y le propinó un golpe por la espalda, intensificando los sucesos ocurridos en el terreno de juego.

Tras los incidentes, el entrenador del CFR Ioan Andone, retiró a sus jugadores del campo para proseguir con la batalla en la zona de prensa.

El técnico del Universitatea Cluj Niculescu declaró furioso que “Cadu vino aquí a matarnos. Él se paró enfrente de nuestros hinchas ¡Y se besó el escudo! ¡Es increíble!”, mientras que el presidente del CFR, Iuliu Muresan, respondió señalando que su jugador “no hizo nada. Sólo se besó el escudo de nuestro equipo delante de los hinchas locales. ¿Hay algo malo en eso?”.

Observa la secuencia: