El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, opina que las mujeres deben ser admitidas en el Augusta National Golf Club, sede del torneo Másters, indicó su portavoz el jueves, fecha de arranque del primer Gran Slam de la temporada de golf.

“Su opinión personal es que las mujeres deben ser admitidas”, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, aunque añadió que correspondía al prestigioso club, integrado sólo por miembros de sexo masculino, tomar las decisiones sobre su política de admisión de las mujeres.

Carney añadió que Obama, un ávido jugador de golf y padre de dos hijas jóvenes, personalmente le comunicó su opinión.

La Casa Blanca entró en la controversia un día antes de recibir una importante conferencia sobre la mujer y la economía; las encuestas muestran que Obama está dejando atrás en las preferencias del electorado femenino a su probable adversario republicano en las próximas elecciones, Mitt Romney.

Bill Payne, presidente del Augusta National Club, ha rechazado repetidamente las preguntas sobre la política del club sobre este tema.

“Todas las cuestiones de la membresía son ahora y han sido históricamente objeto de las deliberaciones privadas de los miembros”, dijo Payne, quien repite siempre la misma frase cuando recibe presiones sobre el asunto.

Desde inicios de la última década el movimiento feminista estadounidense libra una batalla para lograr que se quite la barrera que prohíbe a las mujeres ser parte de la membresía del club, un grupo de élite formado por sólo 300 socios, la mayoría políticos y profesionales de cuello blanco.

No fue hasta 1990, y también bajo presión, que se admitió a los negros como miembros plenos, pero actualmente no hay más de 10 afroamericanos inscritos.

La barrera racial cayó definitivamente con la irrupción de Tiger Woods en el golf mundial, apoyado por poderosos patrocinadores comerciales.

‘Los 300 de Augusta’, como los llama la prensa, están en una disyuntiva con el tema de género desde que una mujer, Virginia Rometty, preside IBM, la empresa que patrocina el Másters desde hace casi 30 años. A sus cuatro predecesores en el cargo, todos hombres, les correspondió como regalo de cortesía la simbólica Chaqueta Verde del Club Augusta.