El emisario internacional Kofi Annan dijo el lunes al Consejo de Seguridad de la ONU que Damasco aceptó la fecha límite del 10 de abril para empezar a aplicar su plan de paz, un anuncio que provocó “escepticismo” en Estados Unidos.

Un poco más temprano, Rusia, fiel al régimen sirio de Bashar al Asad, rechazó cualquier “plazo” para aplicar el plan de Annan, reclamado el domingo en Estambul por los “Amigos de Siria”.

Annan, quien se dirigió al Consejo a través de una videoconferencia desde Ginebra, dijo que el gobierno de Damasco aceptó empezar a aplicar parcialmente el plan el 10 de abril y que habrá un cese de las hostilidades dentro de las 48 horas de ese plazo, dijeron diplomáticos.

El emisario pidió a los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que apoyen su fecha límite, explicaron las mimas fuentes.

Annan también dijo que el Consejo de Seguridad debe empezar a considerar la posibilidad de desplegar una misión de observadores para monitorear los acontecimientos en Siria, donde más de 10.000 personas han perdido la vida desde que empezara el conflicto hace un año, según datos de la ONU.

El plan establece el fin de la violencia por ambas partes bajo supervisión de la ONU, el ingreso de ayuda humanitaria en zonas afectadas por los combates y la liberación de las personas detenidas en forma arbitraria.

Tras este anuncio, Estados Unidos expresó sus dudas respecto a la voluntad real de Damasco de aplicar este plan.

“Vimos promesas hechas y luego rotas” por el régimen sirio y nuestra “experiencia nos llevaría más bien a ser escépticos”, dijo la embajadora estadounidense en la ONU Susan Rice. Y agregó que Washington “temía ver una escalada de violencia” en los próximos días.

El mismo Annan declaró al consejo que hasta ahora no se habían producido “avances” para alcanzar el alto el fuego ni en la implementación de los seis puntos del plan de paz, según informó un diplomático.

Este lunes se esperaba la llegada a Siria del jefe del Comité internacional de la Cruz Roja (CICR) Jakob Kellenberger para una visita de dos días donde se reunirá con varios ministros para discutir sobre la extensión de ayuda humanitaria, la tregua y las visitas a los detenidos.

Mientras, el ejército sirio continuaba con el bombardeo de enclaves rebeldes, con un saldo de 34 muertos, entre ellos 16 civiles según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al día siguiente de la conferencia de “Amigos de Siria” en Estambul, que el régimen de Asad decidió ignorar y Rusia criticó duramente.

El canciller ruso Serguei Lavrov afirmó en Armenia que “los ultimátums y los plazos impuestos artificialmente casi nunca ayudan”.

La prensa oficial o progubernamental siria coincidió en calificar la reunión de Turquía de “nuevo fracaso” en las tentativas de desestabilizar al gobierno, que está determinado a liquidar una rebelión popular que se militarizó con el paso de los meses.

“La reunión de los ‘enemigos de Siria’, a pesar del despliegue periodístico (…), se mostró incapaz de quebrar la determinación de los sirios y su rechazo a una intervención extranjera”, publicó el diario Al Baas, periódico del partido en el poder.

Según ese diario, los participantes de la reunión “deberán reconocer tarde o temprano que la resistencia de los sirios, las reformas (anunciadas por Al Asad) y el doble veto ruso y chino (…) han permitido a Siria superar la crisis y ganar la batalla”.

Divididos sobre la cuestión de la entrega de armas a los rebeldes, países occidentales y árabes tuvieron que limitarse en Estambul a destacar el derecho del pueblo a la autodefensa ante la represión.

El núcleo opositor Consejo Nacional Sirio (CNS) pidió expresamente armas para los rebeldes, apoyado por Arabia Saudita y Catar, pero ese grupo no logró vencer la oposición de la mayoría de los países, incluido Estados Unidos.

Ante ese escenario, los representantes del Ejército Sirio Libre (ESL, formado por militares disidentes y desertores del ejército regular) no escondían su frustración y reiteraron que sin armamento del extranjero el régimen de Al Asad no se caerá.

El secretario del Consejo Militar del ESL, Amar al Wawi, dijo a la AFP que evitar la cuestión del armamento permitía “prolongar la vida” del régimen.

Este lunes, el portavoz del ESL, Kasem Saadedin, confirmó a la AFP el estado de ánimo entre los rebeldes, afirmando que “las conferencias no hacen nada para proteger a la población indefensa”.

“La comunidad internacional, tardando en ejercer presiones sobre el régimen e impidiendo la entrega de armas a los rebeldes asume la entera responsabilidad por las masacres”, dijo Saadedin, contactado desde Beirut vía Skype.

Estados Unidos anunció el lunes que aportará 1,25 millones de dólares para financiar un Centro de Información para la Justicia en Siria, encargado de censar las violaciones de los derechos humanos cometidos en el país.