Unas 910.000 vidas se salvaron a nivel mundial en los últimos seis años gracias a una mejor colaboración entre los servicios del sida y de la tuberculosis, según cifras publicadas el viernes por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta cooperación permite proteger mejor de la tuberculosis a las personas portadoras del virus VIH, causante del sida.

Desde 2004, la OMS preconiza la realización de pruebas de detección del VIH a todos los enfermos de tuberculosis –así como a sus parejas y familiares–, la puesta a disposición del cotrimoxazol (un medicamento destinado a prevenir las infecciones pulmonares) y el inicio del tratamiento con antirretrovirales a todos los pacientes afectados con tuberculosis y VIH lo antes posible.

Gracias a estas medidas, el número de personas portadoras del VIH a las que se les diagnosticó una tuberculosis se multiplicó por 12, pasando de 200.000 en 2005 a más de 2,3 millones en 2010.

En el sentido contrario, la detección del VIH entre las personas enfermas de tuberculosis se multiplicó por cinco (de 470.000 a 2,2 millones entre 2005 y 2010).

Dado que el VIH debilita el sistema inmunitario, las personas infectadas con este virus tienen más posibilidades de contraer la tuberculosis.

“Debemos atacar la tuberculosis de la misma manera que lo hacemos con el VIH”, aseguró el director del departamento VIH/sida de la OMS, el doctor Gottfried Hirnschall.

Esta nueva política de prevención, de diagnóstico y de tratamiento conjunto de la tuberculosis y del VIH se presentará de manera detallada el 5 de marzo durante una conferencia científica sobre el sida, la Conferencia Anual sobre los Retrovirus y las Infecciones Oportunistas, que se celebrará en Seattle (Estados Unidos).