Las autoridades federales estadounidenses dieron luz verde este jueves a la construcción de reactores nucleares en Estados Unidos por primera vez desde 1986.

La Comisión de Regulación Nuclear (NRC) aprobó en una sesión pública difundida en línea, una resolución que autoriza “la construcción y la puesta en servicio de los reactores 3 y 4 de Vogtle”.

Esta central nuclear, ubicada en Georgia (sudeste), es operada por la empresa Southern Nuclear, que había presentado ante la NCR una solicitud de extensión en 2088.

Los dos nuevos reactores pertenecen a la llamada tercera generación, y son del modelo AP1000, desarrollado por Toshiba y su filial estadounidense Westinghouse.

Con una potencia de 1.154 MW, según su constructor, el AP1000 es un reactor que funciona con agua presurizada. Recibió la certificación de la NRC para el mercado estadounidense en diciembre. El permiso de construcción fue acordado pese a la oposición del presidente de la NRC, Gregory Jaczko.

“Yo no puedo apoyar la aprobación de esta autorización como si (el desastre nuclear en marzo de 2011 de) Fukushima jamás hubiera ocurrido”, declaró Jaczko. Y añadió: “En mi opinión, esto es lo que estamos haciendo”.

El aval de la NRC permite a Southern Nuclear terminar obras de construcción que ya están en estado avanzado. Se prevé que los reactores empiecen a funcionar a partir de 2016.

El apogeo de la industria nuclear se suspendió en el país luego del accidente en 1979 de la central de Three Mile Island (Pensilvania, este), donde uno de los reactores se fundió.

El gobierno del presidente George W. Bush (2001-2009) y el de su sucesor Barack Obama tomaron varias medidas para reactivar este sector de la industria.

Estos esfuerzos encontraron sin embargo varios obstáculos: de índole política, con la llegada de una mayoría republicana -poco partidaria del sector nuclear- a la Cámara de Representantes en 2011; de índole económica, por la competencia del gas; y ecológica, por los temores que se generaron por el accidente nuclear en Fukushima, Japón.