La presidenta argentina Cristina Fernández encabezó un acto de amplia convocatoria en presencia de veteranos de la guerra de las Malvinas y al que asistió la oposición, cuando crece la tensión con Londres al acercarse el 30° aniversario del conflicto armado.

La Mandataria emitió como principal anuncio que los británicos se sienten a negociar la soberanía de Las Malvinas y pidió al Primer Ministro Británico que le dé una oportunidad a la paz.

Señaló que Las Malvinas es una causa global y regional, “porque cada región se ve representada por nuestra reivindicación. No podemos permitir que continúen existiendo las colonias, como es el caso de las 16 que mantiene Inglaterra”. Indicó que es global porque la explotación de recursos puede generar un desastre ecológico además de precisar que los próximos conflictos serán por recursos naturales y América Latina es rica en éstos y debe resguadarlos.

Explicó que se está militarizando el Atlántico Sur nuevamente y dijo que preserverá siempre la paz en estos territorios, puesto que no se ha necesitado de organismos internacionales para mediar los conflictos, sino los sud americanos los han resuelto.

Afirmó que realizarán la protesta ante la ONU y que nunca tomarían decisiones fuera de la vida democrática, pues Argentina es un pueblo que ha sufrido demasiado por las guerras y la violencia, situación que no se volverá a repetir, mencionó que “No nos atraen los juegos de las armas y las guerras”.

Aseguró que en marzo se inaugurará el Hospital de Salud Militar Islas Malvinas para atender a los ex combatientes y recordó que más de 400 soldados se suicidaron durante esa época.

Argentina recibió el apoyo de la gran mayoría de los países latinoamericanos en su reclamo por la soberanía en las Malvinas, incluida la decisión de sus socios del Mercosur, Brasil, Uruguay y Chile -asociado al bloque-, de impedir la llegada a sus respectivos puertos de buques con la bandera de Malvinas.

Buenos Aires reclama que Londres acepte las resoluciones de las Naciones Unidas que instan a ambas partes a entablar negociaciones por el diferendo de soberanía en las islas del Atlántico sur.

Los líderes del ALBA reunidos el fin de semana en Caracas aceptaron estudiar una propuesta para sanciones contra Londres por su actitud “colonialista” en su contienda con Argentina por las Malvinas y analizar retirarse del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).

Ese instrumento de 1947 establece que las naciones del continente americano deben solidarizarse con el país de la región que sufra una agresión extrarregional, aunque esa cláusula no se puso en marcha en la Guerra de las Malvinas (1982), en la que Estados Unidos dió su apoyo a Gran Bretaña.

La guerra de 74 días por la posesión de las islas, que se inició el 2 de abril de 1982, dejó 255 británicos y 649 argentinos muertos y terminó el 14 de junio con la rendición de las tropas de la nación sudamericana, entonces gobernada por una dictadura militar.