Un segundo día de enfrentamientos entre manifestantes y policías en Egipto dejó dos muertos este viernes en lo que se transformó en un nuevo brote de violencia contra el poder militar tras la muerte de 74 personas el miércoles al término de un partido de fútbol en Puerto Said (noreste).

El drama del miércoles en Puerto Said, cuando se enfrentaron las hinchadas de Al Masri con la de Al Ahli, provocó en todo el país manifestaciones que el jueves degeneraron en violentos enfrentamientos con la policía.

Este viernes los manifestantes confluyeron desde las mezquitas de El Cairo hacia el Parlamento para exigir a los generales que cedan el poder inmediatamente.

Dos manifestantes murieron en El Cairo este viernes tras la inhalación de gases lacrimógenos lanzados por la policía que intentaba dispersar una sentada, indicaron fuentes médicas. El ministerio de Interior dio cuenta el viernes por la tarde de 1.482 heridos por la violencia desde el jueves.

En los alrededores de la plaza Tahrir de El Cairo, epicentro de las masivas protestas que terminaron con la renuncia de Hosni Mubarak hace casi un año, miles de manifestantes confluyeron luego de la oración en las mezquitas.

Los enfrentamientos entre la policía y manifestantes se reanudaron por la tarde en El Cairo y en Suez (noreste), según corresponsales de la AFP en el lugar.

En la capital, un edificio estatal situado enfrente del ministerio de Interior, en donde miles de personas manifestaban al caer la noche, se incendió, anunció la televisión pública, aún se desconoce el origen del siniestro, aunque una fuente de seguridad indicó a la AFP que el incendio se declaró luego de que desconocidos invadieran los locales.

En Suez, en donde dos manifestantes murieron el jueves, la policía disparó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, constató un periodista de la AFP.

Una coalición de 28 organizaciones pro democracia había llamado a los manifestantes a congregarse este viernes a la salida de las mezquitas en toda la capital después de la gran oración de mediodía y a dirigirse al Parlamento para exigir el fin del poder del ejército, que administra el país desde la caída de Mubarak.

Los manifestantes denuncian a las fuerzas armadas por la mala gestión de la transición democrática y acusan a las autoridades de ser responsables del drama del miércoles en Puerto Said.

Los egipcios que denuncian la desidia de las fuerzas del orden en Puerto Said, están cada vez más exasperados contra el poder militar acusado de violaciones de los derechos humanos.

Reclaman también desde hace meses el fin de los procesos de civiles antes tribunales militar, una reestructuración del ministerio del Interior y el respeto de las libertades y de la justicia social.

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), dirigido por el mariscal Hussein Tantaui, ministro de la Defensa de Hosni Mubarak durante dos décadas, se comprometió en numerosas ocasiones a ceder sus poderes a los civiles después de la presidencial prevista de aquí a junio.

El primer ministro Kamal al Gazuri, nombrado por los militares, anunció la destitución de la dirección de la federación egipcia de fútbol, así como la dimisión del gobernador de Puerto Said y de los principales responsables de la seguridad en la ciudad.

El jefe del Parlamento, Saad al Katatni, de los Hermanos musulmanes, ahora primera fuerza política del país, también estimó que la matanza se debió “a una negligencia enorme de la Seguridad” cuando numerosos egipcios evocaban una “conspiración contra la revolución.

En un signo de la amenaza creciente a la economía egipcia que plantea la confusión política, dos turistas estadounidenses y su guía egipcio fueron secuestrados brevemente en la Península del Sinaí, indicaron oficiales de seguridad.

Unos hombres encapuchados habían detenido este viernes un autobús de turistas en Wadi al Soal, en el sur del Sinaí. Los asaltantes robaron relojes, teléfonos celulares y dinero y se llevaron a las dos mujeres y al guía. Los tres fueron liberados.