Canadá expulsó el lunes al presunto criminal de guerra ruandés Leon Mugesera, acusado de incitación al genocidio en su país de origen, poniendo término a una saga político-judicial de más de dos décadas, afirmó la canciller de Ruanda Louise Mushikiwabo.

“!Léon Mugesera ya está en el avión para Kigali! Agradezco a la población de Canadá”, dijo la ministra en su cuenta de Twitter.

“Canadá está decidido a ver a Leon Mugesera enfrentar a la justicia” ruandesa para que responda por las acusaciones de haber “promovido al genocidio de centenas de miles de víctimas inocentes en Ruanda a comienzos de los años 90″, escribió a su vez a la AFP Mike Patton, portavoz del ministerio de Seguridad Pública canadiense.

“Por razones vinculadas a la seguridad de las operaciones no puedo decir nada más por el momento”, agregó, sugiriendo que la expulsión de Mugesera estaba en curso.

La Corte Suprema de Canadá había rechazado este lunes la solicitud de aplazar la ejecución de la extradición, presentada en la tarde por la defensa del acusado.

Un portavoz de la Agencia de Servicios Fronterizos, que se encargará de extraditar a Mugesera, insinuó que el ruandés ya se encontraba en el aeropuerto de Montreal.

“Procedimos como en todos los otros casos (…). No es habitual que los detenidos sean conducidos al aeropuerto para que esperen una decisión de aplazamiento de la corte”, precisó el portavoz Stephane Malépart poco antes del anuncio de la decisión de la justicia federal.

Horas antes, un tribunal de Quebec se declaró incompetente para decidir sobre el eventual aplazamiento del regreso a Ruanda del presunto criminal de guerra Leon Mugesera, abriendo así la vía para su expulsión de Canadá.

La Corte Superior de Quebec argumentó que las cuestiones de inmigración competen únicamente a las cortes federales.

Ruanda busca juzgar a Mugesera, expo lítico e ideólogo ruandés establecido en Canadá desde 1993, por incitación al genocidio en un discurso que pronunció en 1992, dos años antes de que se iniciara una masacre que dejó 800.000 muertos.

Su expatriación a Ruanda debería haberse ejecutado hace unos diez días, pero la justicia suspendió el proceso para que Canadá tuviera tiempo de examinar una demanda que el comité contra la tortura de la ONU le imputó.

El comité pidió a Canadá un plazo de seis meses para estudiar los casos de tortura en los que Mugesera pudiera haber estado involucrado. Ottawa, por su parte, deseaba extraditar a Mugesera sin esperar al estudio de su expediente por parte del comité de la ONU.