Argentina quebró la estrategia del Reino Unido de consolidarse en las islas Malvinas a través de hechos consumados, afirmó el canciller argentino Héctor Timerman en una entrevista publicada este domingo en el diario Pagina12.

“Vencimos la estrategia inglesa y fue una gran victoria argentina. Esa victoria fue la que motivó la reacción intempestiva de (el primer ministro británico David) Cameron”, a quien Timerman acusó de propiciar “una escalada militarista” por sus agresivas declaraciones.

Argentina y el Reino Unido están en medio de una escalada de tensión a pocas semanas del 30 aniversario de la guerra entre ambos países por la posesión de las islas Malvinas, un conflicto que dejó un saldo de 649 argentinos y 255 británicos muertos.

Desde Guatemala, donde finalizó el sábado una gira por Centroamérica, Timerman se mostró exultante además por la declaración de Estados Unidos en la que reconoce de facto a la administración británica de las islas, pero no toma posición respecto a la soberanía e insta al diálogo bilateral.

“Gran Bretaña merecía un llamado de atención por parte del mundo. Deben saber que entraron en un camino peligroso en el cual Argentina no quiere ni va a participar. La postura norteamericana es un llamado de atención a Gran Bretaña para que abandone el camino militarista y se siente a negociar”, dijo Timerman.

Según evaluó el canciller, esa declaración de Washington “acerca a Estados Unidos a un reclamo argentino que se convirtió en un reclamo latinoamericano”.

El canciller destacó la decisión de los países del Mercosur y asociados de prohibir que recalen en sus puertos barcos con bandera de las Islas Malvinas.

“Es jurídicamente mucho más importantante de lo que aparece en algunos análisis apurados”, dijo Timerman, porque “las banderas no son trapitos” y aseguró que “Argentina no busca organizar un bloqueo” contra las islas.

Timerman evaluó como “extraordinario” el resultado de su gira por Centroamérica donde dijo haber constatado que la posición británica respecto a Malvinas “es de tanto aislamiento que ni siquiera en el Caribe anglófono han encontrado apoyo”.